Andrés Flores Colombino, Asociación Mundial de Sexología
El placer forma parte de los derechos sexuales y se considera fuente de bienestar físico, psicológico, intelectual y espiritual. La mujer fue históricamente postergada en el aspecto del goce y el erotismo y es mucho el terreno que le queda por ganar, aunque ha habido avances significativos en los últimos años. El siglo XX fue el de las mayores conquistas. Sexólogos y grupos feministas demostraron que la anatomía femenina era mucho más compleja de lo que se pensaba y precisaron las zonas de mayor estimulación en el cuerpo de la mujer. Pero quizás, el hecho más significativo ocurrió en los años 60, durante la llamada revolución sexual: la creación de anticonceptivos artificiales. Esto permitió que vida sexual y reproducción dejaran de ser sinónimos. Muchas mujeres, al estar a salvo de embarazos no deseados, pudieron acercarse más al placer.
El órgano más importante es el cerebro. De ahí es de dónde deriva toda situación placentera. De ahí es de donde deriva también toda la posibilidad de control y de tener una relación afectuosa y satisfactoria.
Esther Corona Vargas, OMS
Se pudieron establecer algunas tenencias generales en la respuesta sexual femenina, aunque no son necesariamente universales. Los especialistas indican que la respuesta sexual en las mujeres está particularmente asociada a recuerdos, a fantasías y sensaciones ligadas a su parte emocional, y a lo táctil, mientras que en los hombres está más ligada a imágenes visuales. En relación a las zonas especialmente sensibles, muchos rescatan a los pezones, el clítoris, los labios y los costados del cuerpo, aunque las zonas erógenas varían de mujer a mujer. Expertos sostienen también que la mujer tiene a responder a una estimulación continua. Se determinó que el tiempo de excitación de la mujer es más largo que el del hombre y que necesita de una fase de deseo inicial, en base a fantasías y la corporalidad del otro, más prolongada. También se precisó que la mujer es sexualmente activa durante toda su vida. Muchas mujeres mayores mantienen su capacidad coital natural por tiempo indefinido, siempre que el coito se practique con regularidad. Estas son las principales tendencias señaladas por un grupo de especialistas consultados por BBC Mundo, cuyas opiniones están vertidas en este artículo.
Para muchas mujeres es el momento de mayor placer que han experimentado, para otras es un estado de límites difusos y no están seguras de haberlo vivido. Lo cierto es que, más allá de los distintos matices del goce de cada mujer, el orgasmo femenino existe e involucra un gran universo de reacciones psicológicas y fisiológicas.
Esther Corona Vargas, OMS
Los especialistas consultados por BBC Mundo coincidieron en describirlo como la culminación del proceso de excitación sexual. Se asocia con una sensación de estremecimiento, de extremo goce y hasta de pérdida de la razón, aunque el grado y el tipo de placer varía en relación a cada mujer y a las circunstancias que atraviesa. El deseo, las fantasías y el modo en que cada mujer registra el estímulo sexual, son los grandes motores del orgasmo.
Mitos y dudas
¿Orgasmo clitoriano o vaginal? Entre los mitos se puede mencionar a la creencia de la existencia de dos tipos de orgamos, uno clitoriano y otro vaginal. La sexología rechaza este punto de vista y se inclina por argumentar que el orgasmo es uno solo. “El estímulo es clitorídeo, tanto por el coito o estímulos externos que no son penetrativos, y la respuesta es vaginal. La fisiología nos dice que hay un estímulo clitorídeo y una respuesta vaginal y, por lo tanto, hay un solo tipo de orgasmo”, precisó León Gindín, secretario de la Secretario de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana.
El estímulo es clitorídeo, tanto por el coito o estímulos externos que no son penetrativos, y la respuesta es vaginal. La fisiología nos dice que hay un estímulo clitorídeo y una respuesta vaginal y, por lo tanto, hay un solo tipo de orgasmo
León Roberto Gindín, Secretario de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana
Gindín también explicó que es habitual que en algunos momentos de la vida, por distintos factores, como preocupaciones, algunas mujeres no experimenten orgasmos, ante lo cual no se debe reaccionar con mucha alarma. Pero recomendó que, si esto pasa siempre, se puede desencadenar una reacción de “renuncia” y transformarse en “un caso de deseo sexual inhibido”. En estos casos, Gindín recomiendó consultar a un especialista. Esther Corona Vargas, por su parte, destacó que algunas mujeres pueden tener orgasmos sin saber que pueden ponerle ese nombre. Indicó que quizás sienten una sensación placentera, pero simplemente no lo han clasificado como “un orgasmo”. Eyaculación femenina Muchos sexólogos sostienen que existe una eyaculación femenina, durante el orgasmo, aunque no hay una adhesión en forma generalizada.
El autoerotismo o la masturbación es, según la opinión de los especialistas consultados en la elaboración de este especial, muy importante desde el punto de vista de la salud sexual.
• Es fuente de placer y clave para el aprendizaje erótico
Andrés Flores Colombino, Asociación Mundial de Sexología
Señaló, sin embargo, que en algunas personas a raíz de “sus creencias personales pueden presentarse emociones negativas”. En el mismo sentido, Ada Alfonso Rodríguez, directora de Proyectos e Investigaciones del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), de Cuba, señaló, en referencia a las características de la sexualidad de la mujer que hay una tendencia a que se sienta “culpable” por la práctica de la masturbación. El auge de la masturbación Andrés Flores Colombino, directivo de la Asociación Mundial de Sexología y presidente de la Federación Latinoamericana de Sexología (FLASSES), sostuvo que “históricamente, la masturbación tuvo un lugar menor en la sexualidad femenina”. Agregó, sin embargo, que “las estadísticas han demostrado que (el autoerotismo) ha aumentado a niveles impensables a mediados o comienzos del siglo XX”. También remarcó que entre muchas mujeres la masturbación “no es una simple aspiración sino un derecho reclamado” y que, además, “no dudan en instruir a sus parejas masculinas, hecho también impensable en otra épocas del siglo pasado”.
El punto G es descrito por los especialistas como una de las zonas de alta sensibilidad en la mujer.
• No todas las mujeres lo tienen.
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