domingo, 3 de agosto de 2008
El Guasón de Heath Ledger
Christopher Nolan no deja de sorprendernos. En “Batman: El caballero de la noche” nos ofrece mucho más que una película de acción basada en un cómic. Esta vez ha elaborado una contundente parábola sobre el enfrentamiento del bien y el mal, pero llevando los principios morales de los seres humanos a los más inquietantes extremos. Un trabajo único.
Todo ello hace del Guasón (Heath Ledger) el verdadero espectáculo del filme. Y en ello tiene que ver inevitablemente la mitología que se va creando alrededor del fallecido Heath Ledger. Pero quienes pensábamos que todo formaba parte de un truco publicitario para llamar la atención sobre el filme nos equivocábamos. Porque Ledger ofrece una verdadera creación, un personaje que responde en un primer momento a un acertado diseño de sus creadores pero que el actor lo va desarrollando con asombroso dominio de escena. No es un villano, ni un psicópata, ni una simple amenaza para las fuerzas del bien que encabeza Batman. Su Guasón es el mal mismo. Está más allá de lo humano. Es la perfecta encarnación de las fuerzas malignas desatadas para crear caos y confusión. Para corroer y corromper. Es físico y mental al mismo tiempo. Y su poder devastador por momentos parece contaminarnos.Por eso el filme es en gran parte un triunfo tanto de Ledger como del Guasón. Porque al imponer su presencia como eje de los acontecimientos convierte al universo del filme en una suerte de territorio del mal. Y a ese efecto tan logrado se debe la conclusión pesimista de toda la parábola orquestada por el director de la cinta.
Todo ello hace del Guasón (Heath Ledger) el verdadero espectáculo del filme. Y en ello tiene que ver inevitablemente la mitología que se va creando alrededor del fallecido Heath Ledger. Pero quienes pensábamos que todo formaba parte de un truco publicitario para llamar la atención sobre el filme nos equivocábamos. Porque Ledger ofrece una verdadera creación, un personaje que responde en un primer momento a un acertado diseño de sus creadores pero que el actor lo va desarrollando con asombroso dominio de escena. No es un villano, ni un psicópata, ni una simple amenaza para las fuerzas del bien que encabeza Batman. Su Guasón es el mal mismo. Está más allá de lo humano. Es la perfecta encarnación de las fuerzas malignas desatadas para crear caos y confusión. Para corroer y corromper. Es físico y mental al mismo tiempo. Y su poder devastador por momentos parece contaminarnos.Por eso el filme es en gran parte un triunfo tanto de Ledger como del Guasón. Porque al imponer su presencia como eje de los acontecimientos convierte al universo del filme en una suerte de territorio del mal. Y a ese efecto tan logrado se debe la conclusión pesimista de toda la parábola orquestada por el director de la cinta.
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