Traducido por: Abigail Schteinman
"Las palabras son el primer paso que damos para hacer las intenciones realidad", declara el escritor estadounidense Chuck Palahniuk. "Todas nuestras promesas, declaraciones y firmas: Palabras. Tomemos las ceremonias donde hablamos palabras (promesas y compromisos) frente a nuestros iguales. Repito: esa es la manera que tienen los seres humanos de convertir sus sueños en una fantasía física". Pareciera como si Palahniuk creyera casi místicamente en el poder de las palabras y las historias. Su novela Lullaby (del inglés "canción de cuna"), publicada en 2002, narra la historia de un poema que en realidad es un "canto de selección", que provoca la muerte cuando es leído en voz alta. En su gira del año 2004, Palahniuk leía su entonces última historia, Guts ("Agallas"), que forma ahora parte de su nueva novela, Haunted ("embrujado" o "encantado"). Aparentemente era tan poderosa que la gente se desmayaba (67 casos hasta el día de la fecha).
Palahniuk es el autor de novelas de culto como Fight Club, Choke, Invisible Monsters [Monstruos invisibles] y Diary [Diario]. De culto, porque el tema principal está lejos de la corriente dominante. No es que le falte popularidad: Palahniuk figura con frecuencia en las listas de bestsellers. Esto, tal como sugieren sus detractores, se da porque se dedica a escribir la clase de libros que le gusta a la gente que no le gusta leer libros. Que parte de su audiencia no sea "lectora" regular es cierto. Ha logrado conectarse con una generación criada con MTV de una manera única. En verdad, muchos de sus oponentes se centran en el perfil de su audiencia porque se oponen a la naturaleza explícita de su trabajo. Al parecer, las historias de destripamiento no pertenecen al canon de la literatura (debe dejarse espacio para más novelas donde los autores consideran las vidas de escritores que reflexionan sobre la vida, a lo McEwan). Pensativo y sin arrepentimientos sobre los temas que hilan su trabajo, comenta: "Por favor, considere que los libros son la única forma de comunicación en masa que tratan de temas riesgosos y potencialmente ofensivos. La lectura de un libro depende del consentimiento del lector. Ese esfuerzo, comparado con la naturaleza pasiva de mirar películas o escuchar música, le confiere al libro una privacidad y una autorización que ningún otro medio tiene. Además, la producción de un libro cuesta poco (repito: el trabajo es del lector), y además un libro no da las enormes ganancias que dan un programa de televisión o una película o un álbum".
La naturaleza extrema de su trabajo surte un efecto estructurado que sirve para adentrar tanto al autor como a los lectores más dentro de la historia. "Siempre intento mantener la historia dinámica", explica. "Esto significa un flujo constante de tramas diversas, que ocurren en escenas cortas. A lo largo de la novela, esto fuerza a la trama más allá de cualquier crisis moderada. Lo que en cualquier otro libro podría ser el desenlace dramático puede ser sólo el primer desenlace de una historia en mis libros. Cuando tengo una idea audaz, perturbadora, la uso tan pronto como puedo, de otro modo me parece que mi flujo de ideas se cortaría. No importa cuán horrorosa sea la escena, siempre puede superarse. Además", concluye, "los libros gozan de sólo una pequeña parte de la atención del público. Nadie lee. Con todos estos golpes contra los libros, me parece que su ventaja es la capacidad de tratar temas y describir escenas que ningún otro medio podría. Si los escritores no van a estos extremos, nadie lo hará".
Palahniuk ofrece mucho más que el horror de tratar temas y hechos que normalmente no aparecen en la literatura. Es uno de los principales exponentes del "minimalismo", tal como lo practican escritores tales como Tom Spanbauer, y Amy Hempel (sobre quien Palahniuk dijo que luego de leer su historia The Harvest ("La cosecha"), "casi cualquier otro libro parecerá malo"). Su forma de escribir es "pelada" y, que no sea ninguna sorpresa, las palabras cobran un peso importante. Sus capítulos son cortos, y practica el arte de la tergiversación, o en sus propias palabras, "una manera de decir algo, pero de decirlo en forma equivocada, manipuleándolo para disminuir la velocidad del lector. Obligar al lector a analizar lo que lee, quizás a repetir la lectura, no sólo leer por encima de una superficie de imágenes abstractas, con atajos adverbiales, y frases hechas". Es un estilo, en mi opinión, que descarta las teorías sobre las reacciones de los lectores tales como aquellas de Stanley Fish, de quien se dice que a manera de experimento escribió una lista de nombres sobre el pizarrón y les dijo a sus alumnos que era un poema encubierto. Los alumnos, a su vez, elaboraron sobre el sentido del poema, sugiriendo que el significado está en el lector, no el escritor. "Me adhiero a la teoría de Derrida", argumenta Palahniuk, "que dice que la ficción es una especie de software que funciona en la mente del lector para producir un resultado emocional. De esta manera, la trama es una fórmula muy calculada que debe hacer recurso de cada posibilidad para conseguir el mejor efecto. Esto incluye control completo sobre el "ritmo" del material". Yo soy demasiado lento de equivocarme como para preguntarle si cuando escribió Guts los desmayos estaban incluídos en el programa.
"En lugar de emular estilos literarios modernos", explica, "baso mi trabajo en la poesía o en la narrativa oral, donde la medición del tiempo y los recursos retóricos deben constantemente recordar al lector sobre el contenido total de la trama, para mejor efecto acumulativo. Con todo eso en mente, utilizo párrafos de una sola oración y coros de fondo, así como también tergiversaciones a propósito, como métodos para disminuir la velocidad del lector y controlar la velocidad de la trama. Es un estilo basado más en el "compás" del tiempo, como la música. Más allá de esto, no puedo controlar la interpretación del lector sobre el contenido de la historia. Sí que me esfuerzo por nunca exponer mis cuestiones personales en cada trabajo. Hacerlo sería imponer una interpretación "correcta" y excluiría la experiencia y participación del lector".
La reinvención de la historia de horror
Palahniuk es estructuralmente un escritor experimental, y su última novela Haunted es el mejor ejemplo hasta ahora. A menudo da la impresión de que el "cómo" de una narración es tan importante como la narración misma. Haunted es una colección de cuentos cortos que forman una novela. Un número de escritores es invitado a la residencia de un escritor con la promesa de paz y tranquilidad, y en vez de esto se encuentran encarcelados en un extraño teatro, obligados a crear historias. "Raro como suene", explica Chuck, "quería que Haunted consistiera de tantas "texturas" como fuera posible. Me encantó escribir el librito de viaje Fugitives and Refugees [fugitivos y refugiados], porque combinaba entrevistas con historias con ensayos con recetas con definiciones con listas, etc. Todas esas texturas mantienen al lector interesado. La página nunca tiene un aspecto aburrido o amenazante. Y si al lector no le interesa un tipo de forma de texto, se encontrará con otra forma con sólo dar vuelta la página. En Haunted, quise imitar la publicación de las colecciones "Lo mejor de...". Por ejemplo, "La colección de las obras de Poe". Esos libros alternan cuentos con novelas y poemas. Ficción y no ficción. En Haunted, utilizo un cuento "envoltorio" o "sobre" para conectar 23 cuentos cortos. Además, cada cuento está encabezado por un poema. Esto crea una variedad de "texturas" de comunicación de información, haciendo que las páginas sean visualmente más interesantes. Y combinar un cuento largo con muchos cuentos más cortos me permite llegar a una larga serie de climaxes en vez de un clímax único como es típico en una novela." Palahniuk bromea: "Y si el lector no se horroriza por un clímax horripilante, ¡caramba, no sabe los que todavía le esperan!"
Haunted, junto con Lullaby y Diary, forma parte de una trilogía de lo que Palahniuk denomina "historias de horror". Para una generación que fue criada creyendo que el horror tenía que incluir (a) un capuzón y unos colmillos, o (b) un asesino de mente retorcida enmascarado obsesionado con alumnos del colegio secundario en actos inmorales, la clasificación de Palahniuk de su propio trabajo como "de horror" resulta interesante. ¿Cómo llegan a ser sus historias historias de horror? "Supongamos que tenemos un miedo moderado a ciertos temas", responde, "y podemos discutirlos para estremecernos un poquito y para que se nos ponga la piel de gallina. Pero también pensemos que hay otros temas que nos dan tanto miedo que nunca hablaremos sobre ellos. Algunos miedos son tan amenazantes que no tenemos lugar para ellos en nuestras mentes. Mi objetivo es cruzar esa línea, y representar los miedos a los cuales no podemos hacer frente. Se puede sostener que el vampiro de Stoker representaba una enfermedad venérea o la emigración de los judíos de Europa Oriental (son dos viejas teorías), y que Carrie, de Stephen King, presagió los tiroteos en las escuelas. En mis historias de horror, quiero tratar sobre la humillación personal y el fracaso: una especie de monstruo interno, donde el villano y la víctima son la misma persona".
En un estilo similar, existe una fuerte tradición del horror dentro de la literatura angloirlandesa, ya sea Bram Stoker o gente como Maturin o Sheridan Le Fanu. Muchos académicos han sugerido que su ficción nació de una necesidad subliminal de tratar el cambio y la violencia inherentes en la sociedad de ese momento (en relación, por ejemplo, a la cuestión del nacionalismo irlandés). ¿Cuál es el lugar de la novela de horror, entonces, en Estados Unidos luego del 9-11? "Repito, esta es sólo mi opinión, o 'punto de vista' sobre el horror", contesta, "pero al combinar el villano y la víctima, me gustaría amablemente recordar al lector que somos nosotros mismos los que creamos nuestros problemas. Las mismas personas que se lamentan sobre la necesidad de importar gasolina, y sobre el calentamiento global, y sobre la guerra en Irak, son las que todavía conducen un vehículo para todo terreno viejo al almacén a 35 km de distancia para comprar un litro de leche. Son las mismas que todavía sacan tres tachos de basura a la vereda semanalmente. Si todos reconociéramos nuestra responsabilidad personal en el marco político actual, resolveríamos muchos temas".
Mientras que horrifique a la derecha cristiana, Palahniuk toma gran parte de su inspiración de las imágenes cristianas. En una entrevista con lectores del periódico británico The Guardian, comentó que "En casi todo mi trabajo, intento reinventar las imágenes cristianas, así como los relatos y los temas". ¿Qué es lo que le atrae hacia este tipo de imágenes? "Siempre me he sentido atraído hacia los modelos sociales y hacia las metanarrativas que permiten que la gente coexista dentro de una comunidad", explica, "me encanta estar con gente. Pero necesito una trama, un rol, algo que me ayude a vencer mis miedos de rechazo y vergüenza. La mayoría de las religiones y creencias proporcionan un esquema para formar una especie de comunidad. Y los líderes religiosos modelan una forma de ser. Por ejemplo, en mi libro Choke, un personaje representa su propia muerte y resurrección cada noche, tal como lo hace el narrador en Fight Club. He aquí a Jesucristo, permitiéndose una imagen terrible frente a sus pares. Ese es el mayor propósito de cualquier reunión religiosa: el permiso de dar una imagen terrible en público. Solíamos ir a la iglesia a confesarnos, a que nos oigan y nos perdonen, para que nos rediman y acepten nuevamente en la comunidad. En la mayoría de mis libros, la gente logra este mismo tipo de reunión con sus pares, pero a través de nuevos foros "religiosos" de 12: grupos de recuperación, de soporte, y en Haunted, una colonia de escritores".
Lo personal, lo político y las grandes ideas
Existe un documental fascinante, Postcard from the Future [Postales del futuro], filmado durante una conferencia, bajo la promoción de admiradores y del programa de estudios avanzados de la Edinboro University Pennsylvania, para discutir el trabajo de Palahniuk. (Incluye artículos como "Freud and Fight Club", y "Salvation through Disbelief: The Cult as a Social Phenomenon in Palahniuk’s Novels"). Palahniuk asistió y participó en esta conferencia. Durante uno de los talleres propuso que la narrativa, en sí misma, es y podría ser una fuerza que impulsa el cambio social, mucho más poderosa que, por ejemplo, las demostraciones públicas. "Mi teoría viene de observar la interacción humana. Ahora, luego de cuarenta años de protesta y rebeldía, los únicos ideales reales son los que las propagandas nos presentan: "Compre esto. Viva así. Véase como esta modelo..." Es hora de que la gente deje de protestar, porque de ese modo le confiere más poder al enemigo, al reforzar al enemigo con su oposición, y que comience a ofrecer su propia visión de futuro para lograr una vida mejor. No sólo los productos, sino que también nuevos planes o esquemas a los cuales atenerse. Y aquellos modelos, repito, comenzarán probablemente con palabras en forma de reglas, objetivos, filosofías, declaraciones, observaciones".
Ver cómo funcionan los humanos forma parte de la idea detrás de Haunted, un libro donde se amontona a un grupo de escritores para que sufran, y para que crean que su sufrimiento puede convertirse en fama. Los críticos lo han catalogado rápidamente de golpe satírico, al mejor estilo cultural de los reality show predominante en la televisión durante los últimos años. "Nunca tuve la intención de que Haunted fuera una parodia de esta clase de emisiones televisivas", rebate Palahniuk, "el último show de ese tipo que miré fue An American Family en la década de los setenta. Desde 1990 no tengo más televisión en casa. Haunted va más sobre la manera que tiene la gente de crear su identidad de circunstancias externas, mientras que se niega a generarla por voluntad e intenciones propias. La gente parece más dispuesta a refunfuñar sobre su sufrimiento que a crear un mundo libre de ese sufrimiento. Pareciera que a la gente le encanta el drama y el conflicto, pero que no quiere admitirlo. Nos encanta cuando pasan cosas horribles, o más precisamente... cuando provocamos situaciones horribles. Y después nos encanta quejarnos al respecto. Y encima queremos que nos paguen por quejarnos. Todo el mundo es crítico, pero menos personas se toman el trabajo de crear algo. Podemos decir que eso está mal, pero nadie mueve un dedo por solucionar nada".
En Diary, la narradora, una pintora fracasada, le escribe a su esposo, que está en coma. Eso, obviamente, es una manera simplista de decirlo: el esposo ha por ejemplo intentado suicidarse, y ha dejado atrás numerosos problemas, mientras que su mujer contempla la vida que podría haber tenido sin él. Existe un argumento que dice que Diary es autobiográfico, que describe la esencia del artista y el dolor que atormenta a la gente creativa. ¿Es verdad que el arte, ya sea la literatura, la pintura, o la música, nace del sufrimiento? ¿Puede la gente feliz ser artista? "Mi manera de escribir me obliga a explorar y agotar las cuestiones personales, ocultas dentro de la historia", responde Palahniuk, francamente. "Desde que comencé, con ninguna promesa de dinero o atención, necesité algún tipo de recompensa por el esfuerzo de escribir. Tenía que pasármela bien. Y tenía asimismo que procesar y resolver algún problema. Todavía trabajo de esa manera, por lo que comienzo cada libro a raíz de un problema, algún tema personal que no puedo resolver y tampoco tolerar. Una enfermedad o una lesión o alguna relación fracasada o alguna desilución o fallecimiento. Enmascarándolo con alguna metáfora, puedo investigar y escribir y estar con la gente, siempre explorando y agotando mi reacción emocional con respecto al trastorno. Las personas felices no necesitan este tipo de terapia. A un nivel físico básico, la enfermedad o la lesión o la crisis nerviosa te dejan sentado en una silla el tiempo suficiente como para crear algo. Estar incapacitado te autoriza a aprender la aptitud que necesitas para hacer tus ideas realidad. La gente sana y feliz (o la gente de Zoloft) no tiene tiempo, está todo el día corriendo como para molestarse en aprender a pintar".
Su obra será negra, pero se atreve a ser creativo, y a apuntar alto. Con Guts, por ejemplo, la historia hace temblar las rodillas y revela que su "objetivo era escribir un tipo de historia de horror que cambiara el concepto del género, tal como la historia de Shirley Jackson The Lottery ("La lotería"). Cuando la clásica historia de Jackson se publicó por vez primera en el periódico The New Yorker en la década de los cincuenta, cientos de lectores anularon su suscripción a la publicación. Claro que los lectores primero reaccionaron choqueados. Años después, la gente puede ver las metáforas. Con Guts, la gente primero se ríe. Luego, cuando se dan cuenta a qué va la historia, se retuercen de miedo. Y luego (a veces), se desmayan. En última instancia, la historia los autoriza a explorar y expresar sus propias historias de horror más secretas. Ahora, luego de cada lectura, encuentro una docena de gente ansiosa de contarme historias mucho más siniestras y más angustiantes que Guts".
Las agallas combinan tres historias reales que habían llegado a los oídos de Palahniuk (que lo obligaron a rezar durante años, afirma, antes de subirse a un avión, "Por favor Dios, no estrelles este avión, porque soy el único de Tus Hijos que conoce todas de estas tres grandes historias..."). La masturbación, en una variedad de formas, y la mutilación física constituyen el corazón de la historia. Es asquerosa (hay que dejar los remilgos de lado y leerla), ciertamente, aunque cuando la leí no me desmayé. Y más que horror al final, me quedé con una curiosa sensación de tristeza y empatía. Empatía por un personaje que había hecho algo que yo no querría nunca hacer. "Según las cartas que recibo", responde Chuck, confirmando que no soy el único, "muchos lectores encuentran la historia lo más divertido y los más triste que jamás hayan leído. El final es increíblemente desgarrador, cuando el padre llama al hijo "el perro de la familia". Es la misma tristeza que logra Jackson cuando los niños de The Lottery ("La lotería") ayudan a apedrear a su madre a muerte".
Este año Stephen King causó un escándalo en el mundo literario estadounidense porque (a) la American National Book Foundation lo galardonó con la Medal for Distinguished Contribution to American Letters ("Medalla por contribuición distinguida a las Letras de EE.UU."), y (b) sugirió la existencia de cierto elitismo a la hora en que los críticos dividen el trabajo entre ficción popular y ficción literaria (preguntó: "¿Se consiguen puntos social-académicos extra por no estar al día con la cultura propia a propósito?). La respuesta de Palahniuk a la controversia brinda un buen punto para finalizar esta entrevista como cualquier otro. Nuevamente reitera el hecho que las historias, para este autor estadounidense, son mucho más que sangre y agallas: "Estoy lejos de juzgar la literatura de los demás. La mayor parte de lo "literario" me aburre como una ostra. Pero dame un buen "relato" y estaré más contento que perro con dos colas. King es un buen narrador, y su éxito es la prueba. Consideremos que las historias tienen diferentes propósitos. Algunos buscan consuelo. Algunos buscan confrontación. Algunos quieren que la historia sea apasionante, pero algunos la prefieren con un efecto calmante. Personalmente busco el horror y el placer, y quizás un poco de trauma. Cuando leo, cuando dedico todo ese tiempo y esfuerzo, quiero que la historia me cambie, me transforme. Y cuando trabajo en una historia, pretendo ser una persona en gran parte diferente para cuando escriba "fin". Lo que se espera de una historia es probablemente lo que se espera de la vida".