sábado, 30 de agosto de 2008

Una rosa para Eco y un guiño para Borges

El 14 de juniode 2006 marcó el 22° aniversario de la muerte de Jorge Luis Borges. Este artículo es, de hecho, parte de un libro del chileno Volodia Teitelboim. Él traza paralelismos entre las bibliotecas imaginadas por Borges y la laberintica presente en ‘El nombre de la rosa’ de Eco. En sus “Apostillas” a su exitosa novela, Eco justificó la alusión a Borges en el nombre del inflexible guardián ciego de la biblioteca, como ineludible.Puedo añadir que muy al principio del libro de Eco él arguye haber sido inspirado por cierto libro antiguo encontrado en una vieja librería en Buenos Aires. Otro homenaje tributado al estilo y recursos del viejo maestro.

Todo comienza una hermosa mañana de finales de noviembre del año 1327 cuando Fray Guillermo de Baskerville, un monje franciscano y antiguo inquisidor, y su inseparable discípulo el novicio Adso de Melk, que es quien relata la historia, acuden a una abadía benedictina situada en el norte de la península italiana para intentar esclarecer la muerte del joven miniaturista Adelmo da Otranto. Durante su estancia en la abadía van desapareciendo misteriosamente más monjes, a quienes encuentran muertos al poco tiempo. Lentamente y gracias a la información aportada por algunos monjes, Guillermo va esclareciendo los hechos. El móvil de los crímenes parecen ser unos antiguos tratados sobre la licitud de la risa que se encuentran en la biblioteca del complejo, de la cual se dice que es la mayor del mundo cristiano. ¿Quién es el asesino? ¿Qué hicieron sus víctimas para morir asesinadas? Nadie lo sabe.

Tras múltiples ensayos y teorías, Umberto Eco publicó en Italia en el año 1980 su primera novela: El nombre de la rosa. Es una combinación de la crónica medieval y la novela policiaca con una reconstrucción sorprendente de la época, que no sólo se centra en la forma de vida de los monjes de una abadía benedictina, sino que también lo hace en la ideología y forma de pensar y sentir del siglo XIV. La teología y el misterio se funden en una sola novela, complementándose mutuamente y dando una sensación de realidad que pocas novelas consiguen producir. Aunque el manuscrito de Adso de Melk (sobre el cual el autor habla en el prólogo diciendo que fue su fuente de inspiración) sólo fuesen las invenciones de un monje, no me importaría porque para mí seguiría siendo una crónica tan verídica como las de los historiadores de aquel tiempo, que pone a mi alcance una visión clara de una época tan conflictiva como fue aquélla.

Tiene pasajes excepcionales, magníficos, y hay que reconocer que también tiene algunos que son un poco pesados. Ése en el que Guillermo y Adso consiguen entrar en la biblioteca es a mi juicio en mejor de toda la novela; describe con una exactitud sorprendente la situación de los libros y salas en ese laberinto según su tema y siguiendo el orden de colocación de las tierras conocidas hasta ese momento por el hombre según su posición en el globo.

Creo que es una de esas novelas de lectura obligada y que todo el mundo debería leer por lo menos una vez en la vida. También hay gente que dice es muy pesada y difícil de entender, pero (al igual que El Quijote) a mí no me lo parece en absoluto y, es más, pienso que no hace falta tener grandes conocimientos históricos para leerla y que cualquiera puede hacerlo sin tener que pararse a pensar si es un libro adecuado o no a su edad. Tan sólo tiene que disfrutar de una trama apasionante y llena de intrigas y misterios que no hace más que sorprenderte en cada momento, incluso en el final, ya que el asesino es el menos sospechoso. La novela es un enorme guiño a toda la historia de la novelística, en donde el autor hace homenajes a varios personajes como Guillermo de Baskerville, en alusión a la novela El sabueso de los Baskerville de Conan Doyle, y alude a Borges en el bibliotecario ciego Jorge de Burgos, así mismo la recreación de la biblioteca de la abadía tiene similar distribución a la laberíntica biblioteca de Babel creada en el tomo de Ficciones.

Y, en fin, como dice la última frase: Stat rosa prístina nomine, nomina nuda tenemus.

¡Ella nos quita el aliento!



viernes, 29 de agosto de 2008

Kafka antes de Kafka

Das jüdische Prag

Praga, además de tener una historia cristiana, es también una ciudad judía, con uno de los ghettos más antiguos de la Europa central. Mercaderes judíos se instalaron en la parte baja del Castillo de Praga sobre la colina de Hradcany (o Hradschin) desde 965. Luego, sobre la ruta de Visehrad, al sur de la Ciudad Vieja de Praga (Prager Altstadt o Staré Město). De ellos desciende Kafka.

Pensamiento alemán
Cristiana y judía, Praga ha sido igualmente una ciudad alemana: bajo los Habsburgo, durante 300 años, la lengua alemana tuvo tiempo de penetrar en la administración, la enseñanza, el comercio y el arte. En 1880, la ciudad contaba con 42000 alemanes (cuya mitad era de origen judío). En el hogar de Kafka, sólo se habla alemán.

Nacimiento de Kafka
Kafka nace el 3 de julio de 1883 en un viejo edificio situado en el límite del ghetto judío de Praga, a dos pasos de laiglesia rusa ortodoxa de San Nicolás. Se le da el nombre de Franz en honor al emperador Francisco José. Era checo, aunque su idioma materno fue el alemásn. Kafka aprendió checo, ya que su padre procedía de Osek cerca de Písek, donde era un miembro de la comunidad judía checohablante ("Kafka" significa "grajo" en checo) y quería que su hijo hablara con fluidez ambos idiomas. Kafka también tenía conocimiento del idioma y de la cultura francesa. Uno de sus autores favoritos fue Flaubert.

Período escolar
De 1889 a 1893, Kafka asistió a la escuela primaria (Deutsche Knabenschule) en la calle Masná St. (Fleischmarkt) en Praga y posteriormente al instituto en Staroměstské náměstí (situado en Kinsky Palace), donde completó su examen de Bachillerato en 1901. A continuación estudió derecho en la Universidad de Charles en Praga, y obtuvo el doctorado en leyes en 1906.
Durante su periodo escolar tuvo un papel activo en la organización de actividades literarias y sociales, destacando la organización y promoción de representaciones para el teatro judeo-alemán, a pesar de los recelos de incluso sus amigos más íntimos, como por ejemplo Max Brod, quién habitualmente le apoyaba en todo lo demás. Contrariamente a su temor de ser percibido de manera repulsiva tanto física como mentalmente, impresionaba a los demás con su aspecto infantil, pulcro y austero, su conducta tranquila y fría y su inteligencia, además de su sentido del humor.

Nacimiento de un escritor
Luego de su obtención del doctorado en leyes trabajó durante un año de pasante, sin ser retribuido, en una agencia de seguros de accidentes laboral y fue entonces cuando comenzó a escribir. A menudo se refirió a este trabajo como "Brotberuf"- un empleo tan sólo para ganar dinero. En 1913 publicó su libro inicial Consideración y en 1915 el famoso relato La transformación. En 1917 se le declaró una tuberculosis, lo que le obligó a mantener frecuentes períodos de convalecencia, durante los cuales recibió el apoyo de su familia, en especial de su hermana Ottilie, con quien tenía mucho en común. En 1919 publica los catorce cuentos fantásticos (o catorce lacónicas pesadillas) que componen Un médico rural.

Su padre en su vida y en su obra
Un tema de gran importancia en su obra es su relación con un padre autoritario. Íntimamente, éste no dejó nunca de menospreciar a su hijo y hasta 1922 lo tiranizó. De ese conflicto y de sus tenaces meditaciones sobre las "misteriosas misericordias" y las ilimitadas exigencias de la patria potestad, ha declarado el mismo Kafka que procede toda su obra.

Mujeres en la vida de Kafka
A principios de 1920, mantuvo una relación amorosa con la escritora, traductora y periodista checa Milena Jesenskà y en 1923 se trasladó a Berlín, con la esperanza de distanciarse de la influencia de su familia y concentrarse en su obra. En esta ciudad se reunió con Dora Diamant, una joven de 25 años descendiente de una familia judía ortodoxa, que había huido de su pueblo natal, a la que había conocido en el verano del mismo año en una colonia judía de vacaciones, en Müritz, a orillas del Báltico. Dora se convirtió en su compañera y tuvo una gran influencia en el interés de Kafka por el judaísmo.

Enfermedad y muerte de Kafka
En sus diarios y cartas se queja frecuentemente de insomnio y dolores de cabeza. Fue un partidario de la dieta vegetariana y del naturismo.
Se dice que consumía grandes cantidades de leche sin pasteurizar, lo que pudo ser el factor desencadenante de su tuberculosis.
El estado de salud de Kafka empeoró a causa de la tuberculosis. Regresó a Praga, acudiendo posteriormente a un sanatorio cerca de Viena para recibir tratamiento. Allí murió el 3 de junio de 1924. Sus problemas físicos le causaron molestias en la garganta, lo que hacía que el tragar los alimentos le resultara muy doloroso, de manera que en sus últimas semanas se alimentó principalmente de líquidos. Su cuerpo fue llevado a Praga, donde fue enterrado el 11 de junio de 1924 en el Nuevo Cementerio Judío dePraga-Zizkov.
No hay coincidencia de pareceres sobre los más que probables trastornos psicológicos de Kafka. En sus cuadernos íntimos él habla de "demonios", "derrumbamiento", "embates", "desamparo", "persecución", "soledad", "asalto a las últimas fronteras terrenales", "agobiante observación de uno mismo" y muchas otras expresiones más que aluden a un mundo oscuro, desconcertante y desconocido. La interpretación médica que se haga de estos pasajes no dejará de ser arriesgada y sobre todo simplificadora. Kafka era un ser atormentado y complejo. Sufrió mucho, pero también gozó de la vida con una intensidad fuera de lo común.

Su obra
Kafka sólo publicó algunas historias cortas durante toda su vida, una pequeña parte de su trabajo, por lo que su obra pasó prácticamente inadvertida hasta después de su muerte. Con anterioridad a su fallecimiento, dio instrucciones a su amigo y albacea literario Max Brod de que destruyera todos sus manuscritos. Su amante, Dora Diamant, cumplió sus deseos pero tan sólo en parte. Dora guardó en secreto la mayoría de sus últimos escritos en su poder, incluyendo 20 cuadernos y 35 cartas, hasta que fueron confiscados por la Gestapo en 1933. Actualmente se halla en curso una búsqueda de los papeles desaparecidos de Kafka a escala internacional. Brod hizo caso omiso de las instrucciones de Kafka y en su lugar supervisó la publicación de la mayor parte de la obra que obraba en su poder -- incluso llegó a editar gran parte de la producción de Kafka --, la cual pronto comenzó a despertar el interés y a obtener alabanzas por parte de la crítica.
Todas sus obras publicadas, excepto varias cartas en checo dirigidas a Milena, se encuentran escritas en alemán.
En su obra, a menudo el protagonista se enfrenta a un mundo complejo, que se basa en reglas desconocidas, las cuales nunca llega a comprender. El adjetivo kafkiano se utiliza a menudo para describir situaciones similares.

Interpretación crítica
Han existido muchos críticos que intentaron (e intentan) encontrarle sentido a la obra de Kafka interpretándola en función de ciertas escuelas de crítica literaria—como por ejemplo la modernista, la mágica realista etc. La aparente desesperación y el absurdo del que su obra parece estar impregnada se consideran emblemáticas del existencialismo. Unos han intentado hallar la influencia marxista en la satirización de la burocracia en obras tales como En la colonia penitenciaria, El proceso y El castillo, mientras que otros apuntan al anarquismo como el fundamento de inspiración para el individualismo anti-burocrático de Kafka (tomando en cuenta también su militancia en una organización de este tipo). Sin embargo, otros han interpretado su obra bajo el prisma del Judaísmo; también se ha intentado darle una interpretación a través del Freudismo (debido a sus conflictos familiares); o como alegorías de una búsqueda metafísica de Dios (Thomas Mann fue el que propuso esta teoría). Se pone énfasis repetidamente en el tema de la alienación y de la persecución, y dicho énfasis—principalmente en la obra de Marthe Robert— estaba inspirado en parte en la contra-crítica de Gilles Deleuze y Félix Guattari, quienes mantenían que Kafka representaba mucho más que el estereotipo de una figura solitaria que escribía movida por la angustia, y que su trabajo era mucho más deliberado, subversivo y no obstante más "alegre" de lo que parecía ser. Los biógrafos han comentado que Kafka tenía costumbre de leer capítulos del libro en el que estaba trabajando a sus amigos más íntimos. Estas lecturas se centraban en el constante, pero muy a menudo ignorado, lado humorístico de su prosa. Milan Kundera se refiere al humor fundamentalmente surrealista de Kafka como el principal predecesor de posteriores artistas como por ejemplo Federico Fellini, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y Salman Rushdie. A Márquez, tal y como él dijo, la lectura de La transformación de Kafka le mostró que "era posible escribir de una manera diferente".

martes, 26 de agosto de 2008

Natalie Portman


Nació en Jerusalén, Israel, el 9 de Junio de 1981. Cuando tenia 3 años (en 1984, ante la inestabilidad en la zona, decidieron emigrar a Estados Unidos para llevar una vida mas tranquila y con menos peligros). En primer lugar fueron a Washington, y cuatro años después de trasladaron a Conneticut. Dos años más tarde, en 1990 cambiaron a su actual ciudad en Long Island, Nueva York.

Desde muy pequeña, Natalie Portman queria ser actriz. A los cuatro años comenzó a aprender danza (ella era la mas joven de la compañia de baile moderno en Washington), siempre estaba cantando o bailando en el escenario, en el colegio, en casa. En casa, jugaba con sus primos a hacer Shows en directo con un microfono.

Cuando tenia 11 años y estaba en una pizzeria en Long Island después de su clase de gimnasia, una representante de la firma de cosméticos Revlon la vio y le propuso ser modelo publicitario. Pero el anuncio no llego ha hacerse por falta de presupuesto. Natalie dijo que ella ya no quería hacer mas de modelo y que lo que le gustaba era actuar porque el mundo de la moda le parece muy aburrido.

Le buscaron un agente cinematográfico y consiguió su primer papel en el cine en 1994 como Mathilda en "El Profesional", una película de Luc Besson, la eligieron entre más de 1000 niñas según dicen por su capacidad para llorar, aunque en un principio la descartaron por ser demasiado joven. En esta cinta compartió roles con Jean Reno y Gary Oldman; fué la primera película de Natalie Portman y exceptuando una actuación en una obra de teatro llamada "Ruthless" este era su primer trabajo de verdad. Datos muy completos en:

sábado, 23 de agosto de 2008

Olympia - Sergio Méndez & Brasil 66

Este es sin lugar a dudas el mejor tema compuesto para las Olimpiadas. Más exactamente para Los Angeles, 1984. Aún sigue tan fresco y vigente como nunca; despidamos estos Juegos Olímpicos con este hermosísimo vídeo.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Los 10 diseñadores de moda más fashion

Carolina Herrera

De estilo y una elegancia naturales, Carolina Herrera es una de las diseñadoras de mayor éxito en Estados Unidos y Latinoamércia. Como creadora, ha sabido interpretar perfectamente los gustos y las necesidades de una mujer amante del lujo y la elegancia, alejándola de los excesos. Como empresaria, ha conseguido construir poco a poco una firma sólida que empieza a exportar a todo el mundo.

En 1980, presentó su primera colección de moda; en 1986, sus primeras creaciones para novia; y en 1988, salía a la calle su primer perfume -ya va por el sexto- tanto para mujer como para hombre: una carrera meteórica con la que se ha ganado el respeto del mundo de la moda.
Carolina Herrera nació en Venezuela en el seno de una familia acomodada, en la que le enseñaron a apreciar la alta costura. Casada en segundas nupcias con el aristócrata Reinaldo Herrera, tiene cuatro hijas. La más pequeña, Adriana, es su más estrecha colaboradora en sus diseños, y ha sido la imagen de varios de sus perfumes. “Mi hija Adriana representa a la perfección la mujer de mis líneas, joven, elegante, con un estilo propio y una personalidad increíble”. Desde su primera colección, Carolina Herrera ha contado con la aprobación y admiración del público norteamericano, aunque el espaldarazo definitivo lo tuvo con la creación del traje de novia de Carolina Kennedy, la hija mayor de John Fizgerald Kennedy.
En 1991 fue galardonada por la asociación norteamericana Diseñadores Hispanos, con el premio a una década de creación artística. Seis años después, la infanta doña Pilar le entregó la medalla de oro del Spanish Institute de Nueva York.
Esta mujer, que impregna cada uno de sus modelos con su elegancia y su gran estilo, se declara sencilla, amante de su familia y una gran ama de casa.

Roberto Cavalli

Diseños llenos de glamour con el sello de uno de los creadores italianos más prestigiosos.

Nacido el 15 de noviembre de 1940 en Florencia, Roberto Cavalli lleva el arte en sus venas. De hecho, su familia se crió en un ambiente de fuertes tradiciones artísticas, ya que su abuelo era el famoso pintor impresionista Macchiaiolo, cuyas obras todavía pueden admirarse en la Galería de los Uffizi (Florencia); y su madre una prestigiosa modista. Con el tiempo, este ecléctico creador se interesa por la relación entre la moda y la pintura, con lo que inicia un trabajo de investigación de materiales y experimenta con nuevas tecnologías en su imprenta. En los años 60, obtiene la patente de un revolucionario procedimiento de impresión sobre el cuero, y utiliza este material para todo tipo de prendas, pues hasta entonces era trabajado sólo para crear chaquetas deportivas.
El comienzo de su carrera internacional se consolida a partir de 1972, año en el que organiza su primer desfile. El pase tuvo lugar en la histórica Sala Blanca del Palacio Pitti en Florencia. Sus trabajos gustan y pronto saltaría al estrellato.
Con el tiempo no sólo mostraría su colección de moda femenina sino que ampliaría su ‘imperio’ lanzando nuevas líneas: Moda Hombre, Just Cavalli (para jóvenes), ropa interior, Class (creaciones en punto), Freedom (prendas de corte casual), gafas, relojes, Angels (diseños para niños de 4 a 14 años) y Roberto Cavalli Casa (para ‘vestir’ el hogar).
Es un precursor de la moda, y sus diseños tienen un estilo inconfundible, que apuesta por una mujer sexy y muy femenina. Líneas que se ciñen al cuerpo y adornos de plumas, strass, pedrería y pieles son algunas de sus características definitorias a la hora de diseñar.
Como nota curiosa hay que saber que posee una de las ganaderías de caballos más reputadas de Italia. En este país vive en una hacienda junto a sus hijos y su mujer, Eva Duringer –ex Miss Universo-, quien lo apoya y ayuda en sus trabajos como diseñador.

Oscar de la Renta

Todo lo que toca Óscar de la Renta adquiere, de inmediato, una distinción exquisita. Nacido en 1932 en Santo Domingo, el diseñador vive en Nueva York, aunque hasta verano de 2002 sus compromisos con la casa Balmain, de la que se ha retirado, le hacían estar a caballo entre la Gran Manzana, la República Dominicana y París.

Su padre era un reconocido agente de seguros que no dudó en apoyar a su hijo cuando éste le dijo que quería dedicarse a la pintura abstracta, así que le financió un viaje a Madrid para que estudiara en la Real Escuela de Arte de San Fernando. Sin embargo, el destino le llevó a trabajar en el taller madrileño del gran Cristobal Balenciaga, donde logró su primer éxito, pues de sus manos salió el boceto de un fabuloso vestido para Beatriz Lodge, la hija del entonces embajador de Estados Unidos en España.
Quiso la suerte que la joven Beatriz fuera portada del semanario Life vistiendo la creación de Óscar de la Renta, con lo que este diseño dio la vuelta al mundo y su nombre empezó a sonar en los círculos más influyentes de la moda.
En 1961 se marcha a París para colaborar con Antonio Castillo, el ayudante de Balenciaga, que acababa de recibir una interesante oferta de la firma Lanvin de París. Trabajan juntos dos años, porque en su continua búsqueda de novedades, De la renta decide ir a probar suerte a Nueva York, ciudad que con el tiempo se convertiría en su lugar de residencia definitivo.
En Nueva York otra de las grandes, Elizabeth Arden, se fija en él y le ofrece un puesto como diseñador de alta costura y confección de su casa, en la que llegó a ocuparse también del sector Belleza.
En esta casa se mantuvo de 1963 a 1965, año en el que se puso a las órdenes de la diseñadora norteamericana Jane Derby, a la que reemplaza cuando ésta fallece. Sobre los cimientos de esta casa de modas, es cuando De la Renta crea su propia firma, con la que obtendrá grandes éxitos. En 1967 contrae matrimonio con la entonces editora de moda de Vogue Francia, Françoise Langlade, que le convierte en el centro de todas las miradas.
En plena efervescencia de mayo del 68, intuye como nadie el camino por el que va la moda y lanza su primera línea para boutique, iniciándose así la expansión de su marca. Perfumes, ropa masculina, joyería, complementos, elementos decorativos e interiorismo con el sello De la Renta se pueden contemplar en medio mundo.
En los años 80 De la Renta se divorció de Françoise Langlade para casarse poco después con Annette, actual Señora de la Renta. Ambos adoptaron un niño dominicano llamado Moisés.

Valentino

"Desde el instante en que despierto me concentro en un solo ideal: comunicar la belleza y la perfección". Conocido como el 'Rey del Chic', Valentino tiene en su haber todos los premios importantes que se le pueden conceder a un modisto. En la década de los 60 se convirtió en uno de los diseñadores preferidos de la 'jet set', cuando Jackie Kennedy escogió uno de sus diseños para casarse con el magnate griego Aristoteles Onassis, un hecho crucial en su carrera.

El pueblecito de Voghera, situado al sur de Milán, vio nacer a Valentino Garavani el día 11 de Mayo de 1932. Sus comienzos se remontan a 1950 cuando, con tan sólo 17 años, abandona su Italia natal rumbo a París, donde trabaja en los talleres de Guy Laroche y Jean Desses. Aprende el oficio y, en 1959, regresa a Roma para abrir su primera tienda. El mundo de la moda empieza a darse cuenta de que ha nacido una estrella, pero la gran oportunidad llama a su puerta tras la mítica presentación de su "Colección Blanca", en 1967.
Jackie Kennedy se fija en el nuevo talento italiano y le encarga su traje de boda para darle el sí a Onassis. En un derroche de creatividad, Valentino le confecciona un vestido mini de color ámbar y en seda georgette, cuya imagen da la vuelta al mundo encumbrando su talento. Los grandes nombres acuden, entonces, solícitos a su taller: Farah Diba, Audrey Hepburn, Nancy Reagan, Liz Taylor... A esta primera generación de clientas se han ido añadiendo otras más jóvenes, pues la elegancia Valentino, como la materia, no se consume ni desaparece, sólo se transforma, adaptándose con el paso del tiempo a los gustos de mujeres como Brooke Shields, Rosario Nadal o Marie Chantal Miller.
La mayoría de sus clientas afirma que vestir un Valentino les lleva a sentirse ellas mismas antes que fashion victims. Quizás porque el mismo Valentino dijo una vez: "El carácter y la personalidad de una mujer son infinitamente más interesantes, seductores y encantadores que la belleza por si sola".
El imperio Valentino se extiende desde Nueva York a Moscú, con 49 boutiques repartidas en cuatro continentes. Y si bien la piedra angular es el genio creativo del modisto italiano, el pilar que convirtió la firma en una gran empresa y la impulsó en todo el mundo es su socio y compañero de negocios de toda la vida, el arquitecto italiano Giancarlo Giammetti.
El modisto italiano no se conforma con vestir a las mujeres más elegantes del mundo, sino que suele convertirlas en musas y amigas. Liz Taylor, Brooke Shields, Sofia Loren, Marisa Berenson... han ido ocupando desde sus comienzos, hasta ahora, un puesto a su lado, como confidentes y apoyo en sus desfiles.Una vez que el modisto da su amistad a alguien, la cuida y conserva con auténtico mimo. Son famosas sus frecuentes veladas con personajes de la jet y del mundo del diseño en cualquiera de sus lujosas mansiones de Roma, Versalles, Capri, Toscana, Londres, Gstaad y Nueva York o en su yate, el espectacular Blue One, que que recala en la isla de Ibiza cada verano con las supermodelos Elle McPherson, Claudia Schiffer o Naomi Campbell a bordo.
A pesar de llevar 40 años diseñando su febril imaginación no ha menguado ni un ápice, ya que cada una de las citas anuales de sus desfiles se vive con ansiedad y con la certeza de que se tratará de un verdadero festín visual.
Su incursión en el mundo de la perfumería ha sido también todo un éxito y su Very Valentino se ha hecho ya con un puesto de honor dentro del difícil y competitivo mundo de las fragancias.
“Las posibilidades del rojo son infinitas”, afirma el modisto, que ha convertido al vibrante color en su tarjeta de presentación, sobre todo el que se conoce como “rojo amapola”.Fanáticas de este color y de todos sus diseños son también Alexandra von Furstenberg o Liz Hurley.
Valentino se desenvuelve entre la tradición de la Alta Costura francesa y el diseño, algo que le hace único y especial.

Manolo Blahnik

Pocas mujeres se resisten al encanto de un par de tacones altos y si, además, en el interior se lee "Manolo Blahnik", esa tentación se convierte en auténtico deseo. Y es que este canario, de padre checo y madre española, es un genio del calzado que, más que clientas, tiene auténticas 'enamoradas' que se rinden ante unos zapatos creados por él.

Mientras que Paloma Picasso se siente “desnuda” si no lleva blahniks en sus pies y la Spice pija, Victoria Adams, lo primero que rescataría de su casa en llamas serían sus “Manolos”, la cantante Madonna considera que estas piezas “son mejores que el sexo, y duran más”. Todo un lujo, ansiado por cantantes, actrices, modelos, aristócratas y millonarias de toda estirpe, capaces de gastar una fortuna por conseguir uno de los originales modelos del artista español afincado en Londres.
Desde unos 1.100 euros los más baratos, hasta más de 6.000, los modelos exclusivos, estos tacones, que rondan los 20 centímetros de altura, se han convertido en un codiciado objeto para buena parte de la jet set mundial. El secreto de estas pequeñas piezas de arte radica en la mezcla de femineidad, sensualidad y fantasía que reúnen, logrando que las mujeres que las calzan se sientan –según palabras de su propio creador- "sexys, provocativas y glamourosas”.
Pero no es tarea fácil hacerse con un par de Manolos. Varios meses pueden transcurrir desde que la interesada clienta solicite su zapato hasta que lo tenga en su poder. Y es que el artesanal y minucioso proceso de fabricación llevado a cabo por esta casa, si bien da como resultado un calzado de gran calidad, origina que las listas de espera para conseguirlo sean kilométricas.
Tras plasmar en un papel el modelo que ha diseñado previamente en su cabeza, Manolo Blahnik esculpe su idea en un pedazo de madera. De ahí surge un molde de plástico en el que el creador pinta, recorta y pega a su gusto, da rienda suelta a su imaginación y fantasía mezclando texturas, colores y materiales de todo tipo, sin tener en cuenta las tendencias de la moda, y dejándose guiar únicamente por su intuición artística.
Una vez hecho el prototipo, éste es destinado a la fábrica en Parabiago (Italia), donde pasa ni más ni menos que por 50 procesos de producción, motivo por el cual únicamente se confeccionan 80 pares al día.
Y es precisamente en ese trabajo manual donde radica el encanto de los zapatos de Blahnik, cargados de una magia particular que los hace irresistibles y codiciados, signos supremos de la distinción. De ahí que muchos piensen que “la vida se ve mejor desde un par de manolos”.

John Galliano

Nacido en Gibraltar en 1960, John Galliano conquistó el mundo de la moda en la década de los 90, cuando fue nombrado director creativo de Givenchy y luego de Christian Dior. Original y muy osado, sus desfiles son puro espectáculo.

La familia de John Galliano abandonó Gibraltar rumbo a Londres cuando el modisto tenía seis años. Según cuentan las crónicas, su interés por la moda surgió de manera precoz gracias a la insistencia de su madre, la andaluza Anita, para que su hijo vistiera de modo impecable los domingos. Galliano finalmente se decidió a desarrollar esta inclinación inscribiéndose en la prestigiosa escuela de diseño St. Martin, en Londres, en la que obtuvo sobresalientes notas en 1983 con su desfile de fin de curso. Había nacido una estrella.
Al año siguiente creó su propia marca, que pronto se convirtió en un nombre clave de las pasarelas. En 1987 obtuvo el premio al mejor diseñador británico del momento, pero tres años después decidió instalarse en París, la capital de la moda. Allí se fijaron en él los grandes hombres del negocio del lujo, uno de los cuales, Bernard Arnault, lo contrató para que devolviera el esplendor a la casa Givenchy, propiedad de LVMH. Justo un año después, y ante el éxito obtenido, fue propuesto como director creativo de Christian Dior, casa que ha incrementado sus beneficios desde que Galliano se hizo cargo de ella.

Giorgio Armani

El modisto italiano Giorgio Armani se ha convertido en uno de los puntos de referencia fundamentales dentro del mundo de la moda. Y es que este hombre, definido por quienes le conocen como una persona culta, reservada y amigo de sus amigos, ha conseguido encarnar, como ningún otro diseñador, la moda made in Italy, proyectándola a nivel internacional a través de tiendas repartidas por todo el mundo.

Nació en 1934 en Piacenza, un pueblecito cercano a Milán, y aunque su fascinación por el cuerpo humano le llevó en un principio a interesarse por la Medicina, muy pronto cambió de idea para dedicarse a lo que le ha hecho famoso en el mundo entero: el diseño de ropa. Comenzó diseñando para Cerrutti y Hugo Boss, pero su gran aventura comenzó en 1975 junto a su buen amigo Sergio Galeotti, que le animó a abrir una pequeña tienda en Milán, desde donde se empeñó en recuperar una prenda como la chaqueta para convertirla en una seña de identidad de la Casa Armani.
En 1980 vistió a Richard Gere en la película American Gigoló y en 1985 la revista Time le dedicó una portada, hechos que le abrirían de par en par la puerta del mercado de Estados Unidos. Clásico, minimalista, sexy, elegante y sencillo son los adjetivos que mejor definen su estilo y las cualidades que le han hecho ser uno de los modistos preferido por las estrellas de cine. Diane Keaton -una de sus musas preferidas-, Sofía Loren, Claudia Cardinale, Gwyneth Paltrow o Robert de Niro, Russell Crowe, Benicio del Toro, Joaquin Phoenix o el director Ang Lee son algunas de las estrellas que se han sentido fascinadas por su estilo, que se ha convertido ya en un clásico de Hollywood. Si se diera un dólar por cada esmoquin Armani que se ha lucido en la Meca del Cine, Giorgio Armani hace muchos años que habría sido multimillonario. Y es que el modisto italiano siempre ha mantenido una estrecha colaboración con el mundo del cine, hasta el punto de que ha diseñado el vestuario de películas como Los intocables de Elliot Ness (Brian de Palma, 1987), Belleza robada (Bertolucci, 1996) y Algo que recordar (Don Roos, 2000).
Pero Armani no sólo viste el glamour de la Meca del cine, los equipos de fútbol de Italia e Inglaterra, así como el personal de las líneas aéreas de Alitalia, tienen el honor de llevar en sus uniformes el sello de este gran diseñador italiano. Conocido en el mundo de la moda como Maximus Armani, el emperador, ha inaugurado su propio teatro en Milán y se ha lanzado al mundo de la cosmética y a la producción de cine.

Miuccia Prada

La heredera de Prada es una excelente diseñadora y una hábil mujer de negocios que ha convertido la empresa familiar en uno de los holdings más influyentes del mundo de la moda.

Lujo moderado. Esta es la característica que mejor define el estilo de Miuccia Prada, dueña del imperio que lleva su apellido.
La casa Prada fue creada en 1913 y pronto se hizo conocida por sus artículos de cuero de excelente calidad. Sin embargo, el nombre Prada adquirió otra dimensión cuando fue heredado en 1978 por la nieta del fundador, Miuccia, nacida en 1949.
Nada parecía indicar que la heredera tuviera tal sentido del diseño y los negocios, puesto que sus estudios, Ciencias Políticas y Arte Dramático, nada tenían que ver con la moda. Pero ya se sabe: de casta le viene al galgo, porque muy pronto la joven supo modernizar e internacionalizar la marca. A los accesorios de cuero se sumaron las colecciones de prêt-à-porter, que Miuccia presentó por primera vez en 1988.
Las principales características de sus diseños son sobriedad, elegancia y monocromía, un estilo que arrasó en la década de los 90 y que sigue marcando tendencia.Un aire nuevo llegaba a la conocida casa italiana en 1992, cuando Miuccia lanzó una línea nueva desenfadada, juvenil y algo estrafalaria. Miu Miu fue el nombre que la diseñadora dio a esta nueva línea, donde el color tomaba protagonismo, las transparencias y escotes embellecían a las modelos y los complementos hippies se convertían en los más originales accesorios. Un giro a la Miuccia Prada tradicional, que ganaba el premio americano a la mejor diseñadora internacional en 1993.
La suya ha sido una escalada ascendente a lo largo de los años 90, y hoy, esos diseños limpios y estilizados, confeccionados con materiales de calidad y exquisito gusto, siguen acaparando las miradas y desatando los aplausos de los asistentes a los más prestigiosos desfiles internacionales.

Gianni Versace

El gran genio de la moda del siglo XX, falleció trágicamente, pero dejo un legado de vigencia permanente y es el referente por excelencia.
Nació en Reggio Calabria, Italia, el 2 de diciembre de 1946 y murió el 15 de julio de 1997 en Miami, Florida.

Su madre era una costurera, por lo que fue criado en un ambiente de modas, telas y diseños. Cuando se graduó de secundaria, rabajó en la boutique de su madre antes de mudarse a Milán, donde logró laborar para diversos diseñadores italianos, tales com Valentino, Callaghan, Geny y Complice.
Luego, logró el apoyo de los Girombellis -una familia de modistas italianos- y pudo establecer su propia compañía llamada Giani Versace Spa en 1978. En ese mismo año, presentó su primera colección Prett-a-porter. Sus hermanos también se dedicaron a la moda.
A lo largo de las décadas de los 80 y lo 90, Versace fue crando un Imperio de la Moda con diseños que desbordaban sexualidad y se destacaban por su sensualidad siempre elegante, aunque sus detractores lo consideraban vulgar.
Ante las críticas, la reacción de Versace no se hizo de esperar y presentó su colección de la temporada al estilo de los gigantescos conciertos de rock, donde los paparazzis esperaron ávidos la asistencia de estrellas como Madonna y Elton John -amigos personales del diseñador- y con el desfile de sus modelos favoritas entre las que se destacaron Cindy Crawford, Naomi Campbel, y Linda Evangelista.
Fue así como Versace fue el responsable de erigir la figura de las súpermodelos debido a los altos salarios que les pagaba, y convertir el ambiente de la moda en el espectáculo que es hoy en día. Su fama siguió creciendo y con la ayuda de su familia pudo fundar varias boutiques de muy alto nivel en Estados Unidos.
En 1989, es cuando Versace sorprende con su colección de alta costura por primera vez. Ese mismo año creó el vestuario de la Ópera de San Francisco. A través de su carrera, Versace mostró una fuerte inclinación hacia las artes escénicas y paralelamente se dedicó a diseñar vestuario para ballets y óperas.
En 1993, lo diagnosticaron con un caso rarísimo de cáncer en el oído, contra el cual luchó arduamente. Logró vencerlo, pero entonces decidió descansar más para lo cual dejó muchas de sus responsabilidades en manos de su familia.
Cuatro años después, Versace moriría asesinado frente a su casa en Miami, Florida el 15 de junio. El homicida fue el asesino en serie Andrew Cunanan. Su muerte tuvo un gran impacto pues se consideraba que su carrera estaba en uno de sus mejores momentos.
La compañía se había extendido a otras producciones y había diversificado con ropa masculina e infantil, además de bolsos, perfumes, y joyería de muy alto calidad. Su trabajo y su memoria fueron honrados con una gran retrospectiva de sus creaciones que se inició en diciembre de 1997 y terminó en marzo de 1998. Su hermana quedó al frente del gran imperio Versace.

Dolce & Gabbana

El padre del siciliano Domenico Dolce (13 de agosto de 1958) tenía fama de buen sastre en la ciudad de Palermo e inculcó los principios de la costura a su hijo. Éste, deseando ampliar estudios, se marchó a Milán para inscribirse en la Escuela de Diseño. Allí trabó amistad con Stefano Gabbana (14 de noviembre de 1962), con el que pronto formó el dúo Dolce&Gabbana; una de las marcas más solicitadas del Made in Italy.

En 1985 exhibieron su primera colección de ropa femenina, pero el triunfo les llegó dos años después, con un desfile dedicado a las raíces latinas y al cine neorralista italiano de los años 40 y 50, dos de los leit motiv de sus creaciones.
Muchas ideas originales granaron las siguientes colecciones de Dolce&Gabbana: vestidos llenos de flores y brocados, trajes pantalón de rayas finas; aunque sin duda fue la revisión del corsé uno de sus trabajos con mayor repercusión. Madonna, una de sus más fieles clientas, realizó una de sus giras musicales mostrando varios corpiños profusamente adornados con bisutería fina y diseñados en exclusiva para ella. Siguiendo este estilo provocativo, también son los responsables de que otras prendas que en el pasado sólo se exhibían en la alcoba, como la combinación, se conviertan en imprescindibles del armario femenino.
Dispuestos a cumplir durante el 2002 sus 17 años de pareja empresarial indestructible, Domenico y Stefano han recibido ofertas millonarias provenientes de multinacionales del lujo para que pusieran precio a su empresa, pero ellos, hasta ahora, no han querido vender ni siquiera un trocito de su más que próspero negocio.
Ya conocidos como “Los Midas de la moda”, Dolce&Gabbana han triunfado con todas sus etiquetas, su primera línea Dolce&Gabbana, la línea juvenil D&G, D&G Jeans, la línea de lencería y ropa interior femenina y masculina, zapatos e impermeables y la línea unisex, como lo han hecho igualmente sus originales perfumes By.
Su impresionante oficina de Milán está instalada en una villa del siglo XIX, y allí trabajan con un equipo de personas con las que mantienen una relación casi fraternal. También han adquirido una mansión en la Riviera francesa porque desean estar siempre cerca de su amado Mediterráneo (“una fuente inagotable de inspiración para nosotros”, asegura la pareja).Extrovertidos y alegres, Dolce y Gabbana cuentan entre sus fieles con Madonna, Iman, Isabella Rossellini, Witney Houston, Ivanna Trump, Elle McPherson o Sofía Loren.

Océano - Roberto Cacciapaglia

domingo, 10 de agosto de 2008

Los Pilares de la Creación


Los Pilares fueron fotografiados en 1995 desde el telescopio espacial Hubble. Las nubes gaseosas de polvo interestelar se hallan en la nebulosa del Águila. Los científicos creen que se están formando estrellas en estas nubes galácticas.

Vargas Llosa visita a Faulkner


La República (Lima), Domingo 22 de julio de 1990

Entrevista de Raymond L. Williams (autor de Vargas Llosa: Otra historia de un deicidio, Taurus, 2001)
(Archivo Max Silva Tuesta)

A inicios de su campaña política (1987) Mario Vargas Llosa hizo un viaje a los Estados Unidos. Allí cumplió una de sus más deseadas peregrinaciones literarias: visitar la casa-museo de William Faulkner en Oxford (Mississipi). El novelista de "Desciende, Moisés", "El sonido y la furia", "Mientras agonizo" es, con Gustave Flaubert, uno de los modelos inalcanzables de MVLL, que evoca aquí lo que significó para su obra y su generación en una extraordinaria entrevista, inédita en nuestro país, que nos presenta la verdadera cara (demasiado oculta por la política) de un escritor que estimamos, con todas sus contradicciones y su relación de amor-odio con el Perú.

* Durante su estancia en el Medio Oeste, usted demostró mucho interés por realizar este viaje. Ahora que ya lo concluyó, ¿cuál fue para usted el mejor momento?
Me conmovió mucho la tumba de Faulkner, la gran austeridad de la tumba. En realidad, no había ninguna indicación de que allí estuviera enterrado un gran hombre. Además, todo el paisaje de la zona de Oxford es muy bello. Es verdad que es un sitio hermoso: sus árboles, sus casas. Es probable que no haya cambiado gran cosa. Puede verse mucho que está como en tiempos de Faulkner.
Como sabe, soy muy fetichista con los escritores: me conmueve mucho ver sus libros, sus manuscritos, los otros objetos. También me impresionó mucho el que, a diferencia de lo que suele suceder, en Oxford, y sobre todo cuando ves la Corte, las casas, ves cuán cerca de la realidad está la ficción. Fue una experiencia maravillosa.
Desde luego, es muy diffcil explicarlo así, de pronto, pero para mí el momento más enternecedor, más conmovedor, fue cuando la pareja holandesa dijo: "Estamos aquí porque lo leímos a usted. Hemos leído sus novelas. Decidimos comenzar a leer a Faulkner tras leer en el periódico los comentarios de usted sobre él".

* Después de visitar estos lugares, ¿ha cambiado de opinión con respecto a Faulkner como hombre?
Tal vez sea muy pronto para decirlo. Probablemente la verdadera revelación fue lo que Frederick Karl nos dijo acerca de Faulkner y la bebida. Sabía que bebía mucho, pero nunca pensé que tanto. Ahora mi admiración por él es incluso mayor: si bebes tanto, ¿cómo puedes crear un mundo tan vasto y complejo? ¿Cómo le es posible a una mente totalmente impregnada por el alcohol manejar tal número de detalles y crear con tal coherencia? Por otra parte, la imagen que Fred Karl nos dio —de Faulkner bebiendo solo— es trágica.

FETICHISMO Y FORMA
* ¿Leyó la biografía escrita por Joseph Blotner?
Sí, leí el libro canónico de Blotner. Una visita como ésta te da probablemente un panorama de las cosas mucho más visual y emotivo. Como escritor, siempre me gusta obtener toda la información posible sobre la vida de los autores. Creo que es puro fetichismo, tal vez un intento inconsciente de contaminarme, de infectarme de ellos.
* ¿Cuándo leyó por vez primera a Faulkner? ¿Fue una lectura tan dramática como la que —según contó usted mismo— hizo de Madame Bovary?
Lo recuerdo bien. Fue en 1953, durante mi primer año en la Universidad de San Marcos, en Lima. El primer libro fue ¡Absalón! ¡Absalón! También leí muy pronto los cuentos de Esos trece. En aquellos días leía a Faulkner en las traducciones españolas y francesas. Las traducciones al francés de Maurice Coindreau eran maravillosas. Era un gran traductor. Leí su excelente versión de Santuario, con prefacio de André Malraux.
De inmediato me impresionó el genio de Faulkner. Creo que sólo entonces descubrí la importancia de la forma en la literatura. Faulkner me mostró cómo eran absolutamente esenciales una cierta organización del tiempo y del punto de vista, pues determinaban si el texto era sutil y ambiguo o torpe y superficial. Descubrí cómo la propia forma podía ser un personaje o un tema de la novela. Lo que recuerdo muy bien, y es importante señalarlo para comprender mi relación con Faulkner, es que fue el primer escritor a quien leí con una pluma en la mano y un papel al lado del libro.
* ¿Qué significa eso de "leer con la pluma en la mano”?
Sí, buscaba una línea de guía, una estructura. Por aquella época ya escribía un poco, y leer a Faulkner me abrió los ojos a la invención formal. Y fue una idea que me excitó mucho. Además, Faulkner me dio la convicción firme de que un argumento siempre iba acompañado de una forma. No puede descuidarse el argumento. La forma no puede ser en sí una meta, un fin. Pienso que la ficción debe incluir siempre la experiencia humana. Como puedes ver, sigo siendo muy leal ala idea que de la novela tenía Faulkner.
* ¿Usted llegó a Faulkner tan obsesivamente como a Flaubert?
No del todo, pues al principio no podía leerlo en inglés. Comencé a leer a Faulkner en inglés por 1962 o 63, con la traducción francesa al lado. Pero Faulkner es un escritor que jamás he dejado de leer. Lo releo todo el tiempo. Creo que he leído Luz de agosto por lo menos media docena de veces. Ese pasaje soberbio en que Hightower predica y mezcla la Biblia a su sermón, y la castración de Joe Christmas están hechos extraordinariamente bien. Faulkner y Flaubert son los escritores que he leído y releído más.
* Además de la tumba de Faulkner, visitó la de Flaubert. ¿Este mismo homenaje lo tiene pendiente con algún otro escritor?
Les debo mucho, y me siento cercano a ellos. No siento la necesidad de hacerle este tipo de homenaje a ningún otro escritor, incluso a alguien como Hugo, a quien admiro tanto.
* ¿Piensa que Faulkner es el escritor extranjero que más ha influido en los autores hispanoamericanos?
Podría afirmarse tal cosa. Quizá Hemingway fue el otro escritor comparable en esto. Sin embargo, no creo en verdad que haya perdurado tanto como Faulkner. Incluso diría que Faulkner ha sido el escritor más importante en Europa y América Latina en los últimos cuarenta o cincuenta años.

OPRESORES Y OPRIMIDOS
* ¿Tiene tanta importancia en la literatura de su país?
En Perú fue muy importante para mi generación. Carlos Eduardo Zavaleta, por ejemplo, escribió una tesis sobre Faulkner. En Perú tradujeron y publicaron El fauno de mármol. Incluso Arguedas, menos faulkneriano que la mayoría de los otros, tiene algunas huellas de Faulkner. Sin embargo, Uruguay y Argentina son los países donde la sombra de Faulkner ha estado más presente.
* ¿Cree que el ambito referencial del que habla Faulkner en sus novelas podría tener relación con algún otro hispanoamericano?
Sí, es un elemento importante. Ambas sociedades son muy similares porque tienen dos culturas básicas: la del opresor y la del oprimido, que siempre están chocando, creando siempre tensiones. Es una coexistencia difícil. Además, la presencia delpasado es algo de mucha importancia en América Latina y en el Sur de Faulkner. Es un fenómeno que, por ejemplo, no se da en la parte oriental de los Estados Unidos.
El de Faulkner es un mundo tradicional, exactamente como la sociedad peruana o la colombiana. La estructura de clases es totalmente latinoamericana. Y Faulkner inventó una herramienta técnica para darle vida a este mundo. Esa invención fue muy importante para nosotros, los escritores latinoamericanos que buscábamos un instrumento para hacer lo mismo. Se necesita tener una especie de ingenuidad, muy típica de esas sociedades, para atreverse a intentar ser el Balzac del siglo XX. Esto fue muy importante para muchos escritores latinoamericanos.
* ¿Cuál es, de entre todas sus novelas, la que considera más interesante?
Luz de agosto es probablemente el libro que prefiero. No obstante, pienso que el total de la obra de Faulknersupera cualquiera de sus libros por separado. Por ejemplo, una novela débil, como Mosquitos, se vuelve más interesante cuando se la ve en el contexto de la obra completa.
En Mosquitos el joven Faulkner intentaba ser más un intelectual que un creador, escribir más con las ideas que con el instinto. Fracasó, y creo que el fracaso le resulto muy instructivo. Comprendió que debía regresar a su propia tierra. Tal vez Oxford le resultó una especie de prisión, pero quedarse allí fue el precio que pagó por escribir obras maestras. Todo esto me resulta muy interesante.

ODIO Y NECESIDAD
* ¿Podría pensar lo mismo del Perú?
En algunos aspectos. A veces odio el Perú, pero sé que aunque lo odie lo necesito. Lo sentí cuando estuve en Europa. Supe que si no regresaba a Perú, me acabaría. A diferencia de otros escritores —como Cortázar—, Perú me estimula, incluso con todos sus problemas.
* ¿Qué le parece El sonido y la furia?
Es un libro que amo mucho, aunque no sea una obra maestra. Aquí se rompe el equilibrio entre forma y contenido. De vez en cuando, la forma predomina sobre lo que se dice. A diferencia de lo ocurrido en Luz de agosto, en El sonido y la furia Faulkner se acerca a los peligros de Joyce, a quien derrotó su indulgencia con la forma.
* Pero, de esa novela, algo como la sección de Benjy debió ser muy impresionante para un escritor joven.
Bueno, sí es muy impresionante descubrir que se está entrando en la mente de un idiota. La primera vez que la leí estaba confuso y excitado. Pero creo que aquí Faulkner se permite excesos formales.
* ¿Corre con mejor suerte Mientras agonizo?
Definitivamente. Aquí la forma es consistente con la historia.
Noto algunas similitudes entre Una rosa para Emily y algunos de sus cuentos iniciales.
* ¿Piensa que ese relato fue una especie de modelo para el Vargas Llosa adolescente?
Pienso que pudo ser una especie de modelo. La he leído muchas, muchas veces, y en cada una de ellas quedé impresionado por su concentración extraordinaria, su modo de sintetizar tanto en tan poco. Debió ser sumamente difícil contar ese melodrama terrible en tan pocas páginas. Pero se lo narra de manera tan indirecta, que una vez descubierto lo que en realidad ha sucedido, es demasiado tarde. Es una de las obras maestras de Faulkner.
Lo que más me impresiona en esta narracion no es sólo la anécdota del crimen cometido por la adorable señorita Emily, sino al mismo tiempo la historia del pueblo en el que la dama vivió su aventura de amor y su matrimonio macabro con el cuerpo del amado. De hecho, en el texto, literalmente se ve el fluir del tiempo, a la pequeña aldea crecer y a sus habitantes envejecer. El telón de fondo de la historia es —como tantas veces en Faulkner— tan importante como la anécdota misma.

BOA Y BENJY
* ¿Piensa que habría podido escribir las primeras novelas, La ciudad y los perros, La Casa Verde y Conversación en La Catedral, de no haber leído a Faulkner?
Lo dudo mucho. De no haber leído a Faulkner no las habría escrito, o al menos no del modo en que lo hice. Como ya lo mencioné, Faulkner fue el primer escritor que leí con una pluma en la mano y un papel al lado.
* ¿Cree que la presentación de Boa en La ciudad y los perros tiene su origen en la lectura de la sección de Benjy en El sonido y la furia?
Es muy posible. Al menos respecto al hecho de que decidí presentar al personaje consistentemente desde dentro, mediante su mente, sus apetitos, sus instintos. Es probable que lo hiciera así por haber leído la presentación de un personaje como Benjy.
* ¿Y qué me dice de las secciones Piura en La Casa Verde? ¿Cree que este estilo tan diferente pueda ser atribuido también a Faulkner?
Pienso que viene de distintas fuentes. Una, las novelas de caballería. También el cine. En esas secciones utilizo deliberadameñte un lenguaje épico. Quería que esa parte de La Casa Verde quedara distanciada del lector. Viene a él desde un intermediario, la ciudad. Pienso que aquí tengo el derecho de permitírmelo.
* ¿Cree que había agotado a Faulkner en el momento de completar Conversación en La Catedral?
Visto en retrospectiva, pienso que cuando terminé Conversación en La Catedral alcanzaba un punto donde descubrí que la invisibilidad era una meta más deseable de lo que había sido antes.

PECADO Y MATRIMONIO
* ¿Ya no se interesaba por la forma?
Ya no me interesaba en el propósito de exhibir la forma en sí. Ahora sé que la claridad puede ser mejor que la dificultad, y a la vez contar una historia que valga la pena. Es una lección que aprendí con la experiencia, tal vez comparable a la de necesitar un amorío pecaminoso para ser capaz de apreciar un buen matrimonio.
* ¿Es Faulkner el único escritor norteamericano que ha influido en su obra?
Melville. Lo leí con enorme admiración. También Poe. Y toda la generación perdida: Hemingway, Dos Pasos, Caldewell Steinbeck. En los sesenta releí a Hawthorne con un grupo de amigos. Siempre me mostré un poco impaciente con Henry James. Leí con gran placer los primeros libros de Capote. Siempre me ha admirado que no se le haya dado más reconocimiento a Paul Bowles. Escribió algunos cuentos que considero muy buenos. Y me gusta Carson McCullers... muy sutil, delicada y con una gran sensibilidad para la violencia de las relaciones humanas.
Alguna vez leí a un crítico, Edmund Wilson, con gran pasión. Pienso que su ensayo A la estación de Finlandia es como una gran novela. A mediados de los sesenta estaba tan impresionado con Edmund Wilson que por seis meses fui al Museo Británico, día tras día, para leerlo.
* Me gustaría terminar con una última pregunta sobre Faulkner. ¿Recuerda su reacción cuando supo de su muerte?
Sí, estaba en Londres y lo leí en The Times. Allí leí, una mañana, que Faulkner había muerto. Desde aquella mañana siempre quise venir al Sur y visitar Oxford. Ya lo hice. Y ha sido una experiencia maravillosa.
La página oficial: http://www.mvargasllosa.com/

sábado, 9 de agosto de 2008

My Number One - Elena Paparizou

Elena Paparizou (en griego: Έλενα Παπαρίζου; Boras, Suecia, 31 de enero de 1982) es una cantante greco-sueca.
A causa de su popularidad en Grecia, donde comenzó a pasar más tiempo, Elena fue propuesta para representar al país por segunda vez en el Festival de la Canción de Eurovisión 2005. Ella interpretó "My Number One", "Let's Get Wild", y "O.K." en la final nacional griega, con "My Number One" ganando la votación popular. "The Light in Our Soul" también fue presentada, pero sería descalificada debido a que había sido lanzada antes del concurso, rompiendo así las reglas. En Kiev, Ucrania, la canción de Elena obtuvo un total de 230 puntos, alcanzando los 12 puntos máximos en Albania, Alemania, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Hungría, Reino Unido, Serbia y Montenegro, Suecia y Turquía. Su rival más cercana, la maltesa Chiara alcanzó únicamente 192 puntos, por lo que Elena se convirtió en la primera artista griega en ganar el concurso.


Ithaca por C. P. Cavafy. Narración: Sean Connery - Música: Vangelis

Ithaca(Constantino Cavafis)

Si vas a emprender el viaje hacia Ithaca
pide que tu camino sea largo
y rico en aventuras y experiencias.
A lestrigones, cíclopes o fiero
Poseidón nunca temas.
No hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
Nunca a los lestrigones, ni a los cíclopes,
ni al fiero Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante ti los pone.
Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas
de verano en que arribes a bahías
nunca vistas, con ánimo gozoso.

Detente en los emporios de Fenicia,
adquiere hermosos artículos:

madreselva y coral, ámbar y ébano,
perfumes deliciosos y diversos.
Cuanto puedas invierte en voluptuosos
y delicados perfumes.
Visita muchas ciudades egipcias y aprende,
con avidez aprende de los sabios.

A Ithaca tenla siempre en la memoria.
Llegar allá es tu meta,
mas no apresures el regreso.
Mejor que se dilate largos años,
y, en la vejez, arribes a la Isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Ithaca te enriquezca.
Un hermoso viaje te dio Ithaca. Sin ella
el camino no habrías emprendido.
Mas, ninguna otra cosa puede darte.
Aunque pobre la encuentres, no hubo engaño.
Rico en saber en vida como has vuelto,
comprendes que significan las Ithacas.

viernes, 8 de agosto de 2008

Olympia por Leni Riefensthal & Vangelis

jueves, 7 de agosto de 2008

Hiroshima Mon Amour

Por LUIS JOSÉ DE ÁVILA
Hoy, 6 de agosto de 2008, se cumple el sesenta y tres aniversario del lanzamiento de la bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, cuyas secuelas aún padecen hoy ciudadanos de aquel país. Días después, el nueve, una segunda bomba atómica destruyó Nagasaki. Para mi ha sido, sin duda alguna, una efeméride significativa ya que ese día, hace sesenta y tres años, tuve la suerte de nacer en Oviedo y no en Japón, coleando como estaba la II Guerra Mundial.

No tuve conciencia de la fecha hasta que estudiando primero de Bachillerato en los Dominicos de Oviedo me tropecé con ella en un libro de texto de Historia cuya asignatura nos daba a un grupo de adolescentes espabilados como Rafael Sariego, Ignacio Gracia Noriega, Antonio Masip Hidalgo, Juan Luis Rodríguez Vigil, José Manuel Montes Vidau, Roza Pontigo, etcétera, el fraile padre Eutimio, de Burgos, que siempre presumía, y con razón, de confesar a la esposa de Franco, la ovetense Carmen Polo, cuando venía a la capital del Principado. Aquel descubrimiento me marcó ya que rápidamente asimilé que con Hiroshima y conmigo -hoy hace sesenta y tres años nacieron otros dos ovetenses además de un servidor, ¿Qué habrá sido de ellos?- se iniciaba una nueva era en el mundo, la atómica, que sirvió militarmente hablando para dar por finalizada la II Guerra Mundial con la capitulación del imperio nipón.

Tras otra guerra, la fría, la caída del comunismo y el surgimiento del fundamentalismo islámico, a los sesenta y tres años de la bomba de Hiroshima somos más en el planeta tierra -seis mil millones de seres humanos-, pero continuamos igual de desavenidos. Es cierto que el humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra y además de ser también capaz de devorar a su semejante, pero también es cierto que nuestra sociedad ha avanzado, principalmente en medios materiales aunque no tanto morales.
La energía nuclear al día de hoy se utiliza a ambos lados: con fines pacíficos y de producción energética y con fines disuasorios y de carácter militarmente defensivo. Nunca ha vuelto a emplearse una bomba atómica destructiva desde la de Nagasaki. Se hacen pruebas y países emergentes y belicosos intentan hacerse con un arsenal de las mismas. Hoy por hoy Irak y Siria son la amenaza de Andrómeda. Corea del Norte ha tirado la toalla y Rusia se occidentaliza a pasos agigantados. Occidente, basada su economía y felicidad en un petróleo que no tiene y debe adquirir cada mes a precio más elevado, ve como ha entrado en una crisis estructural profunda, mientras todos los gurús, de occidente y de oriente, miran a la Casa Blanca norteamericana a la espera de quien se sentará en el sillón presidencial el próximo mes de noviembre. Yo, y otros muchos, apostamos porque sea el afroamericano Obama, aunque reconozco que no hay mejor blanco -no me refiero físico- que un negro en una casa blanca, pero los norteamericanos con casi diez mil muertos entre Afganistán e Irak ya han visto las orejas al lobo -no lo hacían desde la guerra del Vietnam- y quieren recuperar el vigor y empuje que en su día, allá por la década de los 60, les insufló Kennedy.

Iniciado el siglo XXI, el de las tecnologías de la comunicación, a decir de los expertos, nuestra sociedad camina a velocidad de vértigo hacia metas insospechadas para los de nuestra generación. Vivimos ya, a sesenta y tres años de la bomba de Hiroshima, en un mundo global, sin fronteras, lo que no impide movimientos localistas y vecinales que no paran de querer colocar alambradas al campo. Los aldeanismos de ciertos dirigentes autonómicos en nuestro país -afortunadamente no de Asturias- son un buen ejemplo de ello, pero lo que tiene que quedar bien claro, por encima de todo, es que aún a los 63 años, Hiroshima y los que ese día nacimos y seguimos teniendo la dicha de estar somos optimistas ante el futuro. Como solía decir mi abuela, no hay tormenta que no escampe y tengo, por tanto, mucha fe en las generaciones que nos preceden.

Sirvan estas líneas, en definitiva, de solidaridad y respeto con los ciudadanos de Hiroshima y Nagasaki, con los ciudadanos del mundo entero, en un día tan significativo y que siempre debemos de tener presente.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Jennifer Connelly


¿Quién hubiera pensado que aquella jovencita que bailaba a escondidas en el almacén de un bar en Érase una vez en América acabaría siendo una chica neumática en los noventa y toda una ganadora del Oscar en el milenio que nos ocupa? Lo cierto es que la carrera de Jennifer Connelly, que incluye más de veinte títulos, ha pasado por todo eso y mucho más.

A los 10 años Jennifer Connelly ya hacía spots publicitarios y trabajaba como modelo. Un año más tarde era captada por Sergio Leone para su Érase... en la que fue su primera participación en el cine. Y ya apuntaba maneras. Con el paso de los años su trabajo como actriz pasó por varios altibajos. Colaboró con varias series de televisión hasta que se dio a conocer para el gran público gracias al papel protagonista de la aventura titulada Dentro del laberinto de Jim Henson, en la que actúa junto al cantante y actor David Bowie.

A continuación protagonizó películas que no tuvieron excesiva repercusión en la taquilla como Algunas chicas de Michael Hoffman, Labios ardientes de Dennis Hopper y Destinos opuestos de Bryan Gordon. Pero en la década de los noventa su carrera interpretativa vive un punto de inflexión. Participa entonces en películas de más repercusión comercial como De amor y de sombras junto a Antonio Banderas, Semillas de rencor de John Singleton, Mulholland Falls: la brigada del sombrero de Lee Tamahori o El secreto de los Abbott de Pat O'Connor.Pero es con la entrada en el nuevo milenio cuando le llegan por fin los premios.
En 2000 rueda la sorprendente Réquiem por un sueño y al año siguiente se vuelve a salir en Una mente maravillosa. Su sorprendente interpretación en esta última le permite ganar en un mismo año el Oscar y el Globo de Oro a la mejor actriz de reparto. Y en 2003 nos cautiva con su papel de científica junto al actor Eric Bana en la esperada Hulk del director Ang Lee.

El templo de Angkor Vat

Fabienne Luco, etnóloga francesa que trabaja desde hace siete años en Angkor (Camboya)

En torno a la antigua capital del reino de Camboya la vida se organiza todavía como en el siglo XIV. Pero, tanto como los monumentos, es necesario proteger los saberes ancestrales.

Cuando el viajero del siglo XIX descubría Angkor, quedaba sobrecogido ante la grandiosidad y el misterio de esos templos con “figuras aéreas que el bosque ahoga y devora”, según el escritor francés Guy de Pourtalès. “Tengo ante mí”, prosigue Pourtalès, “no sólo una capital vacía, sino 700 años sin anales. Y el más terrible prodigio de la muerte: el silencio.” Ese silencio que se impuso en Angkor al ser abandonada en el siglo xv parecía entonces inmutable. Falsa impresión.

Ese gran esqueleto de piedra, ese sitio arqueológico fabuloso, es un lugar lleno de vida, ámbito de las divinidades y ciudad de los hombres, donde las acciones y los gestos cotidianos se impregnan de las costumbres de tiempos esplendorosos.


El bosque tomó posesión de las ruinas
Entre los siglos IX y XIV, Angkor, la capital del reino de Camboya, se estableció entre los montes Kulen y el gran lago Tonlé. En su apogeo, el reino comprendía una parte de Tailandia, de Lao y del Viet Nam actuales. Con el correr de los siglos, los reyes que practicaban religiones venidas de la India (hinduismo y budismo) erigieron templos monumentales de piedra donde honraban a sus dioses. Construyeron también un sistema hidráulico complejo que comprendía depósitos de agua gigantescos, un baray asociado a una red de canales, diques y zanjas de desagüe (1). Del presunto esplendor de Angkor sólo ha llegado hasta nosotros una descripción. Se trata del relato del chino Tcheu Ta-kuan (2), que llegó allí en agosto de 1296 en una misión diplomática. Con un estilo chispeante narra anécdotas de la vida diaria y describe las costumbres de los habitantes de Angkor. Cuenta que todas las noches en una torre de oro el rey debía unirse a una serpiente de nueve cabezas que cobraba la apariencia de una mujer.

En palacio, las damas “blancas como el jade” llevaban moño y el busto desnudo. En cambio, según su descripción, los habitantes eran “bastos, morenos y muy feos”. Los nobles paseaban en palanquines de oro e iban ataviados con ricas telas cuyos diseños indicaban su rango. Sus casas tenían techumbres de plomo y de tejas “mientras que el pueblo sólo utilizaba la paja”. La agricultura se practicaba en las riberas del gran lago Tonlé. En la estación seca, las aguas se retiraban del bosque inundado en torno al lago, los campesinos bajaban de los montes y cultivaban en esas tierras arroz de secano y arroz flotante.

Al caer Angkor, vencida y saqueada por los siameses en 1432, el rey y su corte abandonaron el sitio devastado. El bosque tomó posesión de las ruinas. Las construcciones de madera, los escritos en hojas de palmera y pieles raspadas desaparecieron, víctimas del clima húmedo y de los insectos.

Iniciada a fines del siglo XIX, la lectura de las inscripciones y de las escenas representadas en los bajorrelieves de los templos permite establecer cronologías históricas, visualizar imágenes mitológicas, batallas y escenas de la vida cotidiana: caza, pesca, mercados, hábitat.La existencia en las aldeas se organiza hoy de manera análoga a la que recogen las imágenes grabadas en la piedra. La carreta de madera que se oye chirriar en el recodo de un camino es idéntica a la del bajorrelieve. La vendedora adormilada frente a su puesto en el mercado de Siem REAP la capital provincial (75.000 habitantes) situada a siete kilómetros de Angkor, descansa en la misma postura que su antepasada representada por un escultor. En la cuenca del Srah Srang, que atraviesa el corazón del sitio y está bordeado por dos aldeas, el pescador que tiende su red circular reproduce los gestos de la época angkoriana.

Lejos de ser un simple sitio convertido en museo, Angkor alberga una vida religiosa y rural que transcurre dentro de los templos y en torno a éstos. En el interior de los santuarios en ruinas y de las pagodas budistas construidas en épocas más recientes, el humo del incienso se eleva ante las estatuas de los dioses antiguos y de Buda. En el umbral de un templo o sobre un montón de piedras, la mirada se posa sobre cigarrillos, hojas de betel enrolladas y velas depositadas por una mano anónima. Son ofrendas a uno de los múltiples neakta, esos genios que habitan a menudo en las estatuas de Angkor.

Obra de los dioses y huellas humanas
Así, el genio Ta Pech ocupa un termitero gigante en el pabellón sur del primer recinto de Angkor Vat. Tiene fama de maléfico. Un monje afirma: “Se dice que cuando un avión sobrevuela Angkor, debe dar tres vueltas alrededor de Ta Pech; si no, corre el riesgo de precipitarse en el lago. Si se le ofrenda vino y cigarrillos, Ta Pech puede revelar los números que serán premiados en la lotería.”

En el paisaje actual quedan otras huellas de la actividad humana. Tras la cortina vegetal que rodea a muchos de los templos se observa el cuadriculado de los arrozales cercanos. No siempre visibles desde los circuitos turísticos, unas veinte aldeas se adivinan tras los bosquecillos de palmas. Cuentan con unos 22.000 habitantes en un perímetro de 300 km2. Esta concentración humana en un sitio arqueológico se explica tanto por la configuración del terreno como por el incentivo económico que representan los templos.

En efecto, las condiciones topográficas son propicias a la implantación del hábitat actual. Los hombres del pasado habían surcado el suelo con redes de carreteras-diques que son señales de una gestión permanente del agua. Las huellas y vestigios de esas obras de gran envergadura configuran la llanura. El campesino camboyano, en busca de tierras altas, situadas más allá del límite máximo de la inundación en la estación lluviosa, encontró allí un terreno ideal para construir su casa.

Por desgracia, los datos sobre la importancia y la ubicación de las antiguas aldeas son escasos. Los contados escritos locales recientes desaparecieron en la tormenta desencadenada por los jemeres rojos. Las misiones francesas de exploración3 de fines del siglo xix se interesaron más por los templos que por los habitantes. Sólo dejaron constancia de la existencia de cinco a seis aldeas. Se trataba de grupos de dos a diez casas construidas sobre montículos en el corazón de los bosques.
¿Las poblaciones locales se consideran herederas de la tradición de Angkor? La memoria de los habitantes de las aldeas no va más allá de dos o tres generaciones. Algunos fragmentos de antiguos relatos nos llegan verbalmente sin que sea posible distinguir a ciencia cierta lo real de lo imaginario, la verdad histórica de su interpretación. La construcción de los templos se sitúa en un tiempo mítico en el que existían personajes semidivinos y semihumanos. Para la población esos monumentos imponentes sólo pueden haber sido obra de divinidades o de seres venidos de otras tierras con conocimientos de arquitectura y de escultura que superan sus competencias actuales.

Así, la leyenda de la fundación de Angkor Vat parte de la historia de Preah Ket Melea, hijo del rey del estrato celeste y de una simple mortal: las divinidades declaran que les molesta el olor a hombre de Preah Ket Melea y piden al rey que lo haga descender al estrato de los humanos. El rey se ve obligado a someterse. Propone a su hijo que elija un edificio del estrato divino a fin de construir una réplica del mismo en la Tierra con ayuda de Preah Visnukar, el arquitecto celeste, que la población sigue invocando hoy antes de proceder a una edificación. Modesto, Preah Ket Melea escoge el establo. Se suelta un buey en la llanura de Angkor y el lugar en que se echa es designado para erigir el templo de Angkor Vat.

Una fuente de empleo y de ingresos
Del pasado vivido y trasmitido oralmente, los campesinos evocan sobre todo las guerras, con las consiguientes incursiones y desplazamientos de poblaciones, contra los siameses y los cham, pueblo procedente de Champa, reino desaparecido que se hallaba en el centro del actual Viet Nam. “Los camboyanos estamos acostumbrados a las guerras. Cuando se observan los bajorrelieves, se ven numerosas escenas de batallas de tiempos de Angkor. Desde entonces no hemos cesado de reproducir esas imágenes”, comenta un campesino. Esos acontecimientos remiten a tiempos lejanos llamados boran (antiguo, en jemer), o muoy roy chnam (cien años), sin que sea posible situarlos con precisión, como demuestra esta observación de otro habitante: “Mi padre dice que cuando nació los templos ya estaban allí. Deben de ser muy antiguos.”

Las poblaciones locales conciben difícilmente que pueda existir un vínculo entre ellas y los constructores de Angkor. En una aldea situada al norte de Angkor Thom se señala sin embargo la presencia de familias que afirman estar emparentadas con los reyes de Angkor. A principios de siglo vivían aún al pie del palacio real, en casuchas de madera. A raíz de las obras de restauración emprendidas por los franceses, tuvieron que trasladarse al Norte. Sus condiciones de vida actuales no se diferencian de las de sus vecinos, pero reciben un cierto tipo de reconocimiento. “Se dice que, como el rey, tienen derecho a disponer de la vida de los habitantes del lugar”, declara uno de ellos.

Hoy la ciudad hidráulica angkoriana ya no existe y los campesinos sólo cuentan con la lluvia para abastecer de agua a sus arrozales, que siguen siendo su principal recurso económico. La falta de riego y la mala calidad de las tierras sólo permiten una cosecha modesta al año (menos de una tonelada por hectárea). Para subsistir es indispensable recurrir a otras actividades (pesca, cultivo de hortalizas, fabricación y producción de azúcar de palma, venta de objetos de artesanía a los turistas), así como al trabajo asalariado en las obras de restauración. También se observa la aparición de oficios técnicos como reparadores de motos, radios y televisores, cargadores de baterías, etc.
Por consiguiente, Angkor genera trabajo para la población local. Con el reconocimiento del valor histórico y artístico de los templos por las misiones francesas de exploración, las piedras pudieron salir a la luz tras las primeras faenas de desbroce y restauración realizadas desde 1907 por la Conservación de Angkor (antigua sede de los arqueólogos franceses y actualmente lugar de depósito de las esculturas). Los pocos individuos que vivían en el lugar eran contratados como “coolies” para trabajar en las obras. A fines de los años sesenta, más de mil obreros participaban en las labores realizadas en el sitio.

La necesaria protección del patrimonio inmaterial
Antes de la guerra consecutiva al golpe de estado contra el príncipe Norodom Sihanouk en 1970, se había iniciado una producción modesta de objetos artesanales de madera. Su fabricación y venta se reanudó al regresar los turistas desde comienzos de los años noventa. En 1999 se estimaba que 350.000 personas habían visitado el sitio, cifra que podría triplicarse de aquí a 2005.

Los habitantes rara vez entran en los templos, aunque se encuentren cerca de sus casas. “No somos más que unos campesinos. Le oí decir a mi abuelo que en la época de Angkor no se admitía a los individuos de mi condición en el recinto amurallado de la capital Angkor Thom”, cuenta uno de ellos. “Sólo las personas de noble estirpe, los funcionarios y los comerciantes tenían derecho a penetrar allí. Otro tanto ocurría con los templos, reservados a los religiosos y los dignatarios.”

¿Reminiscencias de tiempos pasados? Hoy día los que practican ritos religiosos en los templos son sobre todo maestros de ceremonias, que vienen a honrar a los neakta. La población rinde más bien culto a esos genios en las aldeas, recurriendo a un medium en el que se encarnan esos seres sobrenaturales. Las muestras de devoción ante las estatuas del templo de Angkor Vat se deben más bien a turistas nacionales venidos de otras provincias o a extranjeros asiáticos para quienes Angkor es también el destino de una peregrinación. La actividad religiosa local se concentra también en las pagodas budistas más recientes. Sumamente numerosas en el recinto de Angkor Thom, éstas se levantan muy cerca de los templos, como una forma de honrar a las nuevas divinidades a la sombra de las antiguas. Así la huella angkoriana es siempre perceptible en la vida diaria de la población.
Dado que la paz se consolida y el sitio se apronta a recibir una gran afluencia de turistas, los habitantes de Angkor deberán hacer frente a numerosos desafíos y conservar equilibrios muy frágiles. La extensión de las aldeas a lo largo de las carreteras-diques se acelera y las viviendas, antes dispersas, han pasado a concentrarse como una consecuencia directa del crecimiento de la población. En efecto, el término del periodo jemer rojo (1975-1979) trajo consigo una explosión demográfica: hoy día, en Camboya, una familia media cuenta con cinco niños y uno de cada dos camboyanos tiene menos de 16 años.

Los arrozales ganan terreno a la llanura cubierta de arbustos. Se han dictado decretos reales que velan por la protección del sitio de Angkor: limitan la extensión de las tierras de cultivo y la tala del bosque para obtener leña menuda. Las actividades secundarias tradicionales, como la fabricación de azúcar de palma y de carbón de madera, ya casi no se practican. La preservación de los templos (en particular del saqueo), la protección del medio ambiente, la demografía galopante y el desarrollo turístico son los cuatro principales factores que entran en juego en la conservación de Angkor.

La pérdida de los valores tradicionales, acentuada por una apertura demasiado rápida hacia el exterior, es otro motivo de preocupación. El hilo de la transmisión oral se debilitó durante el periodo jemer rojo y no ha sido posible reconstituir algunas prácticas antiguas. La televisión, presente ahora en todas las aldeas, acelera la pérdida de la identidad cultural. Así como se defiende el patrimonio monumental de Angkor, sería conveniente tratar de proteger su patrimonio inmaterial: los cuentos, las leyendas, los topónimos, cuyos únicos depositarios son los habitantes del lugar.

1. Las funciones precisas de estas obras de hidráulica son motivo de debate entre los especialistas. Se admite la función de regadío así como la de carácter simbólico del agua dentro de una concepción arquitectónica cosmogónica (los templos son la representación en la tierra de la ciudad de los dioses circundada por los océanos). En gran parte desecado o colmado en la actualidad, este sistema de irrigación ya no funciona, con excepción del baray occidental que, gracias a las obras de rehabilitación realizadas, alimenta aún en la actualidad algunos arrozales de secano situados en las tierras bajas.

2. Paul Pelliot, Mémoires sur les coutumes du Cambodge de Tcheou Ta-kuan, Librairie d’Amérique et d’Orient, París, 1961.3. Henri Mouhot, Voyage dans les royaumes de Siam, de Cambodge et de Laos, Bibiothèque rose illustrée, París, 1868.

The Crying Game - Boy George

El Necronomicón

Howard Phillips Lovecraft mencionó por vez primera al Necronomicón en el año 1922. La posibilidad de la existencia de lo que se presentaba como auténtica guía al feudo de los muertos suscitó de inmediato un inmenso interés en todo el mundo. Los libreros se vieron asediados por montones de pedidos, mientras que los anticuarios se lanzaron a la búsqueda febril de la misteriosa obra.
A partir de entonces se generó una viva controversia entre los partidarios de S.T. Joshi, de la Miskatonic University, en cuya opinión el Necronomicon no existió jamás. atribuyendo la obra a Lovecraft mismo, y aquellos estudiosos de los conocimientos ocultos que estaban convencidos de la autenticidad del libro de los nombres muertos.

En un texto publicado en 1938 por Wilson H. Shepherd en The Rebel Press, Oakman (Alabama), H.P. Lovecraft resume la historia del Necronomicon. Puntualiza allí que el titulo original era Al Azif, siendo Azif el término utilizado por los árabes para designar el rumor nocturno producido por los insectos y que se suponía era el murmullo de los demonios. La obra fue compuesta por Abdul al-Hazred, un poeta loco de Sana, en el Yemen, que habría vivido en la época de los Omeyas, hacia al año 700 Este poeta visitó las ruinas de Babilonia y los subterráneos secretos de Menfis, y pasó diez años en la soledad del gran desierto que cubre el sur de Arabia, el Rub al Khali o «espacio vacío» de los antiguos y el Dahna o «desierto escarlata» de los árabes modernos. Se dice que este desierto está habitado por espíritus que protegen el mal y por monstruos de muerte. Las personas que dicen haber penetrado en él cuentan que se producen allí cosas extrañas y sobrenaturales.

Durante los últimos años de su vida, Al-Hazred vivió en Damasco, en donde escribió el Necronomicon, y en donde circularon rumores terribles y contradictorios concernientes a su muerte o a su desaparición, en el año 738. Su biógrafo del siglo XII, Ibn-Khallikan, cuenta que fue asido en pleno día por un monstruo invisible y devorado de forma horrible ante un gran número de testigos aterrados por el miedo. Se cuentan también muchas cosas de su locura. Pretendía haber visto a la famosa Irem, la ciudad de los pilares, y haber hallado bajo las ruinas de cierta ciudad situada en el desierto los anales y los secretos de una raza más antigua que la humanidad. Fue un musulmán poco devoto, adorando entidades desconocidas que llamaba Yog-Sothoth y Cthulhu.

En el año 950, el Azif, que había circulado secretamente entre los filósofos contemporáneos, fue traducido al griego por Theodorus Philetas, bajo el título de Necronomicon. Durante un siglo se sucedieron a raíz de este libro una serie de terribles experiencias, por lo que el libro fue prohibido y quemado por el patriarca Miguel. Después ya no se volvió a hablar más que esporádicamente del Necronomicon hasta que en 1228 Olaus Wormius hiciera una traducción latina del mismo, que fue impresa en dos ocasiones, una en el siglo XV, en letras negras, y la otra en el siglo XVII. Ambas ediciones están desprovistas de cualquier mención particular y únicamente puede especularse con la fecha y el lugar de su impresión a partir de su tipografía. La obra, tanto en su versión griega como en la latina, fue prohibida por el papa Gregorio IX en 1232, poco después de ser traducida al latín. La edición árabe original se perdió en la época de Wormius. Hay una vaga alusión a cierta copia secreta localizada en San Francisco a principios de siglo, pero que habría desaparecido con ocasión del gran incendio de 1906. No queda ningún vestigio tampoco de la versión griega, impresa en Italia entre 1500 y 1550, tras el incendio de la biblioteca de un habitante de Salem en 1692. Habría igualmente una traducción preparada por el Dr. Dee, que jamás fue impresa y cuyos fragmentos procederían del manuscrito original. De los textos latinos que aún quedan, uno – del siglo XV – estaría encerrado en el British Museum y el otro – del siglo XVII – en la Bibliothèque Nationale de París. Un ejemplar del siglo XVII se halla en la biblioteca Widener en Harvard y otro en la biblioteca de la Universidad Miskatonic en Arkham, en Massachusetts. Existe otro igualmente en la biblioteca de la universidad de Buenos Aires.

Existen probablemente numerosos ejemplares secretos más, Mundo Desconocido: El Necronomicon 2 y un rumor insistente asegura que un ejemplar del siglo XV forma parte de la colección de un célebre multimillonario americano. Otro rumor menos consistente asegura que un ejemplar del siglo XVI en versión griega está en poder de la familia Pickman de Salem. Pero este ejemplar habría desaparecido con el artista R.U. Pickman, en 1926.

Everybody wants to rule the world - Tears for Fears

martes, 5 de agosto de 2008

Un desconocido seductor


El autor era hasta hace un año un desconocido norteamericano de 39 años, nacido en una familia de origen judío emigrada desde Polonia hasta los Estados Unidos a finales del siglo XIX. La novela recibió el Premio Goncourt, y Littell, que pasó su niñez en Francia, sorprendió con un extenso libro que ahora llega a Colombia en el que se sumerge en la mente de un extravagante oficial de la SS.
Hernán A. Melo Velásquez* París

Los críticos se convencieron de que estaban frente a una obra de excepción. El escritor Jorge Semprún —jurado del Goncourt— apuntaba en los diarios que la novela de Littell “no solo es el libro más importante del año sino del decenio y una de las grandes novelas de los últimos 50 años”. Hasta hoy se han vendido más de 700.000 ejemplares en Francia, un fenómeno sin par en la industria editorial reciente. Incluso, cuando se imprimió la primera edición, la célebre editorial Gallimard debió emplear una porción del papel destinado para el tiraje del último tomo de Harry Potter y suplir la exponencial demanda.

Hace mucho que una obra no despertaba tantas pasiones, cristalizado tantos odios y suscitado semejantes celos como Las benévolas. Por eso se escucharon subterráneas voces que endosaban a Richard Millet —editor del libro— la autoría de la novela. Otros francotiradores se encargaron de sugerir que la novela pertenecía a Robert Littell —padre de Jonathan y reconocido escritor de novelas de espionaje con la Guerra Fría como principal trasfondo—. Hay quienes observan dudosas similitudes estilísticas y metodológicas entre ambos. No obstante, basta escuchar a Littell o leer sus entrevistas para desterrar las sospechas.

A pesar de que su familia no sufrió en carne propia el destino de los judíos en Europa durante la guerra, Jonathan Littell creció con esta historia. Impresionado del mismo modo por los relatos de la Guerra de Vietnam, se trasladó a los Balcanes —en pleno conflicto étnico—, tras haber pasado tres años en la Universidad de Yale.
Una vez en Sarajevo se presentó a la ONG humanitaria Acción contra el Hambre y fue incorporado inmediatamente. “En aquella época reclutaban a cualquiera que fuera tan tonto como pasa llegar a Sarajevo durante la guerra”, anota Littell. A partir de entonces, trabajó durante siete años en misiones en Chechenia, Congo, China, Guinea o Ruanda, prestando atención a “cómo un ser humano puede convertirte en verdugo”. Debió pactar con criminales de guerra semejantes al protagonista de su novela, estrechéndoles la mano con una gran sonrisa “porque allí era una cuestión profesional donde mi trabajo consistía en obtener favores suyos, sin juzgarlos”. Fue un oficio que le facilitó largas jornadas de lecturas, pues el tiempo se les iba escondiéndose en sus refugios.

¿Cómo un libro de mil páginas y que tiene como marco el funcionanriento de la maquinaria exterminadora nazi durante la Segunda Guerra Mundial, puede casi leerse de un solo envión? Littell aborda un tema editorialmente audaz en una sociedad francesa acostumbrada más bien a la discreción en la materia y a las sempiternas conmemoraciones. ¿Y cómo se convirtió, según la prensa, en uno de los libros más importantes del comienzo de siglo? Todos, académicos y profanos, teorizan sobre aquello que el propio autor, en varias entrevistas, confiesa desconocer por completo.

Lo que sí sabe es que surgió en el fondo de su cabeza en 1989: “Había una foto con la que tropecé estando en el colegio. No sabía siquiera qué era. Lo supe un tiempo después: el cadáver de una partisana rusa, un icono de la propaganda soviética de guerra asesinada por los nazis. Encontraron su cuerpo, semi desnudo, devorado por los perros. En el libro hago una breve descripción de este cadáver, sin detenerme mucho, en homenaje a la foto. La imagen me dio muchas vueltas: el contraste entre la belleza de la jovencita y el horror de la escena, de los restos abandonados en la nieve, engullidos en parte por los perros. Es una foto atroz, pero al mismo tiempo bella (...)".

Más tarde, el descubrimiento de la película Shoa, de Claude Lanzmann, y la lectura de varios libros, como La desrucción de los judíos de Europa, de Raul Hilberg, y Los días de nuestra muerte, de David Rousset, terminaron por ayudarle a dar forma y orientación a su idea original. Littell maduró durante doce o trece años su proyecto antes de escribir el primer borrador de Las benévolas en 1998, y en apenas cuatro meses, bajo una estructura inspirada de la Orestíada de Esquilo. Hasta ese momento tenía solamente unas cuantas notas: “En aquella época, hice una pausa de unos seis meses acompañado por mi novia. Hicimos un gran viaje en Asia central, Pakistán, Tadjikistán y nos quedamos bloqueados en Bishkek durante tres semanas, en condiciones un tanto precarias. Esperábamos el visado a Irán, pero no querían dárnoslo. No había absolutamente nada que hacer. (...) Fue allí donde finalmente concebí el libro”. En aquel momento el proyecto dio un giro hacia los aspectos burocráticos de la exterminación.

La abundante cantidad de documentos que acumuló durante una más de una década lo enfrentó al problema de guardar una unidad: “El uso de la primera persona se impuso entonces, como una nota fundamental. Intenté mantener a lo largo del libro la misma tonalidad”. Una gran lección sobre como escribir en nuestros tiempos.
 
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